Cómo transformar talento para la IA en Colombia

Cómo transformar talento para la IA en Colombia

today 27 Feb 2025

Impulsar el talento en IA en Colombia requiere microhábitos tecnológicos, mayor formación en STEAM y una gobernanza clara.

Pequeños rituales en el trabajo en torno al aprovechamiento de la tecnología, formación en carreras STEAM, y, como marco general, una gobernanza clara, son tres grandes componentes de cómo impulsar en Colombia el talento para la Inteligencia Artificial (IA) y sacarle el mayor provecho.

Aunque no son los únicos, son variables que aparecen en las discusiones y los análisis sobre este tema, sólo unos días después de que se aprobara la política pública para su adopción.

Una política cuya pertinencia se ha definido no sólo por el boom causado por la IA generativa hace dos años largos, sino por la necesidad que tiene el país de modelar adecuadamente su ecosistema digital. Y es que su óptimo funcionamiento depende del cierre de una multiplicidad de brechas, que se ponen de manifiesto al revisar algunos de sus indicadores asociados.

El 62% de la población cuenta con acceso a Internet, cifra que disminuye en las áreas rurales, lo que profundiza las desigualdades y limita el alcance de los beneficios que la IA podría ofrecer.

Atado a ello está la formación en habilidades tecnológicas. Durante un panel organizado por ACRIP, la federación líder en el país sobre la gestión del talento humano, celebrado ayer y en donde se debatió esencialmente hacia dónde vamos como país frente a la IA, Sebastián Caro, de Hunty, subrayó que 3 de cada 4 personas que asisten a la universidad se gradúan de carreras de humanidades; y apenas el 2% de los estudiantes estudian carreras STEAM (aquellas asociadas a Ciencia, Tecnología y Matemáticas), áreas por donde transita la base de la IA.

Esto tiene un impacto colateral profundo si se hace zoom al género. Se cree que el porcentaje de mujeres puede ser mucho menor, lo que incide en su futuro y en brechas que ahondan en las dinámicas socioculturales y socioeconómicas de un país de forma negativa, en lo que a la equidad se refiere.

Todo esto se ha traducido en que sólo un 27% de los colombianos está utilizando esta tecnología emergente que está causando disrupciones a todo nivel, según los datos manejados por la Cámara de la Industria Digital y de TD de la ANDI.

En contraste, el 80% del talento colombiano en tecnología se encuentra fuera del país, lo que “nos obliga a la repatriación de nuestros intelectuales para modelar la IA, bajo la coordinación con las universidades”, explicó en otro de los foros la ministra de ciencia, Yesenia Olaya, quien puntualizó que un país se desarrolla sólo si gestiona su intelectualidad.

Bajo este panorama, la gran realidad es que aunque hay matices en cuanto a que la IA reemplace a los empleados, los expertos en gestión del talento humano convergen en que las que sí van a ser reemplazadas son las personas que no la sepan manejar.

Pequeños rituales o microhábitos laborales en los que se usen asistentes virtuales en las dinámicas laborales, son los que van a empezar a marcar diferencia para la adopción y adaptación de la IA.

Así lo conceptuó el decano de CESA for Live, Juan David Aristizábal, quien explicó que modelos como los de Estonia, el país europeo catalogado como el más digital del mundo, empezó así para alcanzar este rótulo.

Y es que por la robustez del tema, se cree que las acciones se inician tras discusiones de alto nivel, perdiendo de vista que de lo que se trata es de pequeñas transacciones o rituales laborales. De hecho, un libro titulado Superagency: What could possibly go right with our AI future (Superagencia: qué podría ser posible con nuestro futuro con inteligencia artificial), concluye -entre otras cosas- que el mayor obstáculo para la expansión de la IA (en las empresas) es que sus líderes no están avanzando con la suficiente rapidez.

De allí la tesis del decano del CESA sobre “pulir ciertos momentos donde utilizamos la IA para poder avanzar”. Más allá de la obvia existencia de los centros de datos y su disponibilidad, de la imperiosa necesidad de la protección de los datos, o de los imprescindibles protocolos para blindarse frente a los ciberdelitos, “hay una tecnología casi cuántica en la gerencia, pero no se sabe usar para las pequeñas decisiones”. Un ejemplo de ello es “lograr que los equipos de trabajo se organicen en torno a un Canvan de seguimiento (herramienta visual para monitorear el progreso de proyectos o iniciativas), y que un agente virtual resuma, saque las conclusiones significativas y proyecte el documento correspondiente para hacer reuniones más eficientes”, ejemplarizó el decano. Y añadió la importancia de las alianzas, clave en el desarrollo, como la del CESA y ACRIP para la formación en IA, que deben fortalecerse con comunidades de aprendizaje.

Finalmente, el gobierno corporativo de la IA debe tener claridad en relación con quiénes son sus actores, roles y responsabilidades que deben asumir diferentes entidades, para garantizar que esta beneficie a la sociedad de forma equitativa.

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