¿Buscamos la perfección financiera, o simplemente nos acostumbramos a perseguir sueños efímeros? Como dicen los abuelos, “ni tanto que queme al santo, ni poco que no lo alumbre”.
Disfrutar la vida y brindarles bienestar a sus seres queridos son dos propósitos que enmarcan las metas de 2025 para una muestra de 50 personas. Le siguen: iniciar rutinas de ejercicios, comer saludable y buscar herramientas de mindfulness, e innumerables solicitudes generales de prosperidad y salud.
Para cumplir las metas de este año es fundamental establecer un plan táctico y escoger algunas de las siguientes herramientas:
Los japoneses con disciplina y mucha paciencia utilizan una técnica milenaria: el Kakebo, para estructurar, definir e implementar sus propósitos financieros personales y familiares.
Los norteamericanos recurren a la planeación financiera que, a través de hojas de cálculo, les permite llevar sus cuentas y definir objetivos.
Los europeos se inclinan por el famoso círculo virtuoso financiero de ingresos y egresos controlado por flujos de caja operativos semanales.
Y finalmente los colombianos, recurrimos a múltiples herramientas empíricas que incluyen mapas de sueños, presupuestos contables y financieros, propósitos financieros para el nuevo año y -en muchos casos- a veces la fórmula más utilizada: dejarnos sorprender por el universo, lo que implica no hacer planes.
Cada herramienta tiene sus fortalezas y debilidades, pero algo poderoso y con mucha eficacia es la comprensión disciplinada (lectura profunda de la teoría del valor del dinero en el tiempo) y la constancia en su aplicación: esta herramienta se conoce como interés compuesto, la cual permite comprender la relación entre velocidad y generación de valor del dinero.
Esta relación permite concluir que los comportamientos responden a funciones exponencialmente en el tiempo, y que en periodos largos (más de cinco años) podemos lograr rentabilidad, liquidez, solvencia y generación de valor para disfrutar la vida y brindar apoyo a nuestros seres queridos.
La comprensión y puesta en práctica del interés compuesto permite avanzar en el camino del bienestar financiero: comprender la velocidad con la cual crece o decrece nuestro dinero, calcular hoy los flujos futuros y -sobre todo- ser conscientes del riesgo implícito al cual nos enfrentamos en un mundo de incertidumbre y volatilidad, son factores de gestión del riesgo integral financiero.
Pero el interés compuesto es una variable aleatoria compleja, y cambia en función de múltiples parámetros. En varios momentos de la historia reciente se ha tornado en términos negativos, fruto de eventos llamados cisnes negros: eventos altamente improbables que se materializan como pandemias, guerras o catástrofes naturales, que son catalizadores de eventos improbables.
Puede ser de utilidad leer un libro sobre cisnes negros (no la película, para que no corra a buscarla en Netflix). En su libro El Cisne Negro, Nicholas Taleb anticipó un año atrás la crisis financiera de 2008. Este puede ser un propósito para 2025: leer el libro de este escritor libanés.
Los invito a mejorar sus habilidades financieras con la puesta en práctica de la comprensión del interés compuesto, para que el bienestar financiero les permita cumplir los propósitos del año. ¡Buena energía!”