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5 grandes retos del comercio exterior colombiano

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26 Jun 2019

Por: Luis Alberto Buitrago

Docente CESA. MBA. Economista.

Opciones ante el neoproteccionismo y dejar la dependencia de los productos energéticos tradicionales, hacen parte de por lo menos cinco grandes retos que tiene por delante el comercio exterior colombiano.

El panorama general de las exportaciones colombianas refleja el persistente crecimiento por la incidencia de los bienes minero-energéticos. Si se toma el balance a diciembre de 2018, pero se extiende a abril del presente año, continúan siendo estos productos los que explican en gran medida el crecimiento de las exportaciones en los últimos años. El año pasado las exportaciones alcanzaron los 41 mil millones de dólares, con un crecimiento total del 10%. A abril de 2019, este crecimiento está en un 5.5%, explicado por estos bienes.

Por otro lado, al observar la canasta colombiana de productos no tradicionales del año 2018, el único sector que creció fue el de las manufacturas, en un 8%. El sector agrícola y pecuario tuvo una caída de las exportaciones de carne, pero dentro de los productos “que prometen” está el aguacate que ya llegó a la cifra de 3 dígitos. Así mismo, empiezan a sobresalir el sector de TI, que viene mostrando a algunos héroes exportadores nuevos basados en tecnología, como es el caso Rappi, primera startup colombiana en alcanzar el rótulo de ‘unicornio’; el sector audiovisual, tanto la producción de series, la generación de contenidos y los video juegos; y hay una nueva generación de diseñadores con apuestas sostenibles.

Bajo este contexto, hay un surtido de desafíos a atender, cinco de los cuales son el abrebocas para dinamizar el comercio exterior nacional.

  1. La dependencia de los productos energéticos. El mundo va en el largo plazo a la generación de fuentes alternativas. Por tanto, o bien sea por una política de diversificación o porque el mundo dejará de comprarnos, ese 55% va a ir disminuyendo en el tiempo y, dado que es un commodity, los precios van a ser menores.
  2. El reto para los sectores es cómo ser competitvos no solo como empresas, algo que el gobierno desea con el programa de Fabricas de Productividad. El punto está en cómo esas transformaciones están alineadas para esa empresa que está inmersa en una cadena de valor global. Un estudio sobre Bogotá da cuenta que la mayoría de los sectores en el país no tienen esa capacidad.
  3. En el tema agrícola hay un reto monumental, y es cómo generar la cadena de valor global para las zonas de incorporación agrícola, riqueza oculta nacional. No se ha desarrollado un plan que permita poner a producir esas 15 millones de hectáreas que hoy no son productivas. Así las cosas, el desafío está en cómo, desde la frontera agrícola, el país se va a integrar en las cadenas de valor global para que redunde en el bienestar de la población rural y para el inversor del campo.
  4. Es necesario tener mayor claridad del impacto de comercio no legal que se está dando en frontera. Esto es válido tanto para Ecuador, donde la posición de Colombia es favorable por los términos de intercambio, como con Venezuela.
  5. Es importante tener un plan B en la guerra comercial que está escalándose. Es altamente probable que este nuevo NeoProteccionismo lleve al país a tener opciones de trabajo distintas. Pero Colombia no es un jugador líder y sabe que sus ingresos mineroenergéticos van a disminuir. Es el momento de pensar en cómo tener un plan sur-sur que nos permita, a mediano plazo, cuál va a ser el nuevo horizonte de competitividad. ¿Acaso desde el foco de la biodiversidad?, ¿vamos a concentrarnos en las industrias naranjas con alto nivel de conocimiento?, ¿vamos a concentrarnos en la producción de manufacturas? Sin duda retos que hay que tener en el radar, pues no hay que perder de vista que solo el 16 por ciento de la economía colombiana dependiente del comercio internacional.

Un escenario ineludible para conocer sobre las últimas reformas aduaneras y los principales temas técnicos de las operaciones de comercio exterior.