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‘Chunchu go’, un manjar de parrilla en un paquete

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01 Ago 2018

El tradicional chuchullo de una tarde de BBQ en familia o con amigos, pero en paquete, resultó ser el producto ganador en Gerencia de producto, de la especialización de mercadeo estratégico.

Además de la puesta en escena de ‘Chunchu Go’, nombre del producto ganador, se destacó también la versatilidad del diseño de uno de los empaques para el mismo. “Quisimos innovar no solo con el producto sino también con un segundo empaque”, explica la publicista Daniela García.

Sumado al tradicional empaque, similar a los paquetes individuales de papas fritas, el grupo creador también ideó un recipiente para compartir en grupo. Con los laterales plegables que hacen más cómodo que, por ejemplo, en un cine, quienes están al lado y lado de quien lleva ‘Chunchu go’, puedan tomar los trozos del crocante chunchullo. Igualmente, un compartimento en la tapa de este empaque expandible para poner salsas o ají.

Y es justamente la crocancia, sin llegar a ser tan duro como el chicharrón de paquete, uno de los atractivos del producto ideado por los alumnos.

Los estudiantes repasaron las innovaciones relacionadas con snaks en el mercado, y advirtieron que uno de los productos colombianos que podía generar un encanto era el chunchullo. Y si bien es cierto hay quienes le ponen reparos esencialmente por su aspecto, el grueso se deja seducir por este producto que con guacamole, picante o no, resulta un auténtico manjar.

¿Y que tal si ese manjar es acompañamiento a media mañana o a media tarde?, fue una de las preguntas que se hicieron sus creadores para la prueba de producto.

Una segunda variable que sometieron a consideración fue cómo hacer un producto bajo en grasa, un producto también benéfico para la salud.

“Nutricionalmente es un snack alto en proteína por la transformación que se le hace: con 1,2 gramos de grasa frente a 10 gramos de proteína ”, revela Néstor Bustos, ingeniero electrónico, estudiante de la especialización en mercadeo estratégico e integrante del equipo ganador.

Una vez cocinado en agua, el chuchullo es sometido a un proceso de deshidratación (9 horas aproximadamente a 100 grados centígrados), y se expone posteriormente a un choque de temperatura a 500 grados para obtener la crocancia. “Para efecto de la prueba se hizo freído un minuto en aceite a 200 grados centigrados, pero la idea es trabajarlo en horno”, explicó el ingeniero.

Para otro de los integrantes del equipo, Jorge Luis Marciales, politólogo, la prueba de producto resultó un escenario que le dio pistas sobre los caminos que se deben seguir con el propósito de innovar. Al respecto, conceptúa qué, más que hacer esfuerzos extraordinarios, de lo que se trata es de comunicarse y ponerse de acuerdo frente a propósitos claros.