El CESA acelera la discusión con sus equipos por uso de IA en educación

A finales de noviembre una novedad tecnológica sacudió al mundo.

La empresa de investigación de inteligencia artificial OpenAI lanzó ChatGPT, catalogado -ahora- como el chatbot más avanzado del mundo. En esencia, un sistema que brinda respuestas a cuanto interrogante o inquietud le es formulado, a través de textos coherentes, bien escritos, sobre cualquier tema y en diversidad de idiomas. En otras palabras, un chat de inteligencia artificial capaz de mantener conversaciones naturales.

Se encienden las alarmas en la educación

La irrupción de ChatGPT, que sorprendió hasta a los más escépticos, no tardó mucho en hacer encender las alarmas, principalmente las del sector educativo.

Y es que este chatbot es capaz de escribir historias, ensayos y toda una gama de formatos habitualmente usados en el mundo académico.

Si bien con dos meses de “operación” aún están por verse las implicaciones sociales, varias instituciones educativas en todo el mundo y de todos los niveles tomaron medidas contundentes ante esta novedad.

Algunas de las más importantes universidades de Australia, que sorprendieron a sus estudiantes usando la herramienta para sus ensayos, retornaron a los exámenes de papel y lápiz para contrarrestar el hecho que calificaron como “crítico”.

• «Vamos a un mundo de experiencias comercialmente más inteligentes» “Debido a las preocupaciones sobre los impactos negativos en el aprendizaje de los estudiantes y las preocupaciones sobre la seguridad y precisión del contenido, el acceso a ChatGPT está restringido en las redes y dispositivos de las Escuelas Públicas de la Ciudad de Nueva York”, dijo por su parte Jenna Lyle, subsecretaria de prensa de las escuelas públicas de Nueva York, en un comunicado. Y en la costa opuesta, el Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles bloqueó el sitio preventivamente en todas las redes y dispositivos en su sistema para proteger la honestidad académica mientras se evalúan riesgos y beneficios con esta IA, reportó la cadena CNN.

Quizás no era para menos. Influencers y fanáticos de las redes no demoraron en publicar sus primeras maniobras de uso con este chatbot.

A uno de ellos, en pocos segundos, le expuso un resumen del Quijote de la Mancha en 200 palabras, según este requerimiento.

La discusión por ChatGPT sobre la mesa

Si bien la inteligencia artificial también ha sido motivo de burlas por algunas de sus respuestas, como la curiosa representación de un salmón en un río, como un internauta le solicitó que lo hiciera, en todo caso la evidencia obliga a la academia a acelerar el debate que debe darse sobre el uso de esta tecnología.

En efecto, un ejercicio hipotético realizado en las aulas del CESA siguió arrojando datos tan contundentes como los del Quijote.

‘Quiero hacer una actividad de dos semanas para unos estudiantes de administración de empresas de último semestre, que los rete a trabajar en equipo y que tenga que ver con transformación digital’

ChatGPT vertió su respuesta, con pelos y señales y en lenguaje natural, en apenas 1 minuto y 32 segundos.

‘Crear un examen de selección múltiple de tres preguntas sobre la diferencia entre capitalismo y socialismo’.

GPT formuló el quiz en 1 minuto y 26 segundos.

‘Desarrollar un plan basado en Python que calcule la nómina de una empresa de 10 empleados’:

1 minuto y 26 segundos.

Talleres

Es bajo dicho contexto en el que el CESA, consciente del impacto de la IA, su preocupación por la calidad académica y ética, y al mismo tiempo de la necesidad de usar la tecnología como un aliado de la educación, pone el tema sobre la mesa para discutirlo a profundidad.

El pasado miércoles, en cabeza de su rectora, Emilia Restrepo, anunció la realización de un ciclo de seminarios-talleres, dirigidos inicialmente para su profesorado, para explorar varios ángulos sobre el tema.

De allí que el profesorado del CESA ya se inscribió a algunos de estos talleres temáticos (6) para tratar el tema. El uso de la IA, de ChatGPT, y las implicaciones legales, asuntos éticos, pro y contras para la investigación, currículo y provecho para usos pedagógicos y didácticos.

Con estos talleres, el CESA inicia una reflexión profunda con una variable más en la ecuación de su evolución: el presente de la educación y el futuro del trabajo.