Emprender es con carácter, y otras conclusiones tras StartCo 2025, donde el CESA estuvo presente
En el mundo de las startups, el ruido es a veces más fuerte que la sustancia. Con frecuencia, se exhiben estadísticas vanidosas en deslumbrantes pitches, en lugar de victorias duraderas. Pero muy lejos de Silicon Valley, la meca mundial de emprendimientos de base tecnológica, hay jóvenes que están aprendiendo que los mejores modelos de negocio empiezan más con carácter que con dinero.
Eso fue lo que quedó en evidencia en StartCo, la cumbre más importante del ecosistema startup en América Latina, celebrada en Medellín, donde el CESA hizo presencia con su Centro de Emprendimiento –CREA-, para entender las expectativas y los afanes de corporativos, inversionistas y emprendedores tecnológicos, y con algunos de sus estudiantes que, sin haber terminado su formación, empiezan a dejar huella.

Uno de ellos es Tomás Juan Uribe (der.), cofundador de NovX, empresa que se mueve en las capas intermedias del talento organizacional, esa zona gris donde se pierden las oportunidades de identificar a quienes tienen más potencial que experiencia. Su propuesta es simple: ayudar a las empresas a encontrar jóvenes capaces de generar impacto real desde los cargos de entrada. Lo que NovX busca no es sólo cubrir vacantes. También, propósito con desempeño.
Pero como toda empresa joven, NovX ha tenido que navegar la invisibilidad, entre otras dificultades recurrentes del emprendimiento.
Se sabe que las conexiones son trascendentales, una gran base. Pero los resultados derivados de estas no resultan ser tan rápidos como se quisiera. Es una receta que se cocina a fuego lento.
Cuando los emprendimientos que persiguen patrocinio pasan de una fase a otra, cuando se da un avance hacia el siguiente paso, la gran realidad es que el resultado esperado suele ser de la mitad en cada etapa.
En efecto, de una decena de conexiones logradas, cinco prosperan sólo tras la primera reunión. De estas, dos llegan a la fase donde se escucha el caso de negocio -lo que suele ocurrir entre seis y siete semanas después-, y apenas una llega con posibilidades de hacer una prueba piloto.
La administradora de empresas del CESA Valentina Agudelo, fundadora de Salva Healt, un emprendimiento tecnológico que con ayuda de IA busca detectar de manera temprana el cáncer de mama –lo que incidiría en tratamientos oportunos y disminuiría la mortalidad de este cáncer- fue elegida dentro del selecto grupo de 10 emprendedores para presentar su pitch en Startco, de un total de 340 que perseguían inversión. En su caso, USD 1,4 millones de dólares. Aun así, debe realizar un proceso que le puede llevar meses antes de recibir la bendición de algún ángel inversionista.

Adriana Suárez, una experimentada inversionista que en los últimos 13 años ha estado sumergida en este ámbito, subraya que una gran capacidad de comunicación no es suficiente. El alistamiento financiero está destinado a aquellos emprendimientos con un journey perfectamente definido: cómo estos van a llegar a ser rentables y cómo se articula ese Product Market Fit con esa problemática expuesta.
En este sentido, los inversionistas están poniendo la vara cada vez más alta para las startups, y con la exigencia de que estas ya tengan cierto nivel de consolidación. La inversión está supeditada esencialmente a dos factores: que estos negocios estén guiados por gran talento y por una sobresaliente capacidad de ejecución, más allá del modelo de negocio. “Los emprendedores deben demostrar en serio la capacidad de escalar, y comerse un mercado significativo con un producto o servicio que resuelve un problema suficientemente grande”, detalla Adriana Suárez.
Sin duda, un entorno donde se necesitan más que buenas ideas, y abrirse paso es complejo. “La falta de visibilidad ha sido una barrera muy importante”, reflexiona Tomás, no como una queja, sino como un diagnóstico. Porque más allá del problema, él ha encontrado lo esencial: la necesidad de creerse el cuento.
La ambición no es una palabra negativa. Es el motor. El combustible que obliga a quien emprende a madrugar sin certezas, a persistir en medio del escepticismo, y a dedicar tiempo, esfuerzo, sudor y lágrimas -a la manera de Churchill- sin garantía de aplausos. Pero también, y quizás más importante, está la motivación: esa disposición a enfrentarse al fracaso, a exponerse a ideas mejores que las propias, y a escuchar un “no” sin dejar que se vuelva definitivo.
En ese camino, Tomás ha aprendido que emprender también significa tolerar la frustración. Que el éxito no está reservado para quienes levantan millones, sino para quienes lideran con sentido y forman equipos donde el equilibrio entre firmeza y sensibilidad se convierte en ventaja competitiva. Porque hay decisiones que deben tomarse con frialdad quirúrgica, y otras que exigen empatía para descifrar lo que no se dice. “Es importante tener en un equipo una balanza distribuida entre una persona que es radical en el momento de tomar decisiones, y una persona que es mucho más sensible y emocional. Cuando hay sinergia entre ellas dos, entre esos dos tipos de actitudes, se logran muy buenos resultados”, explica Tomás.
Verónica Ardila, de Cumbia.live y estudiante de la Maestría en Liderazgo en Transformación Digital del CESA, y también presente en StartCo, coincide en que emprender es tanto una estrategia como un aprendizaje.
Su camino por el emprendimiento le ha enseñado a validar mejor sus propuestas para el mercado. “Rodearse de personas que sepan mentorear, y de especialistas que además estén alineados con la cultura de la empresa”, es fundamental para ser sostenible, dice.
Ambos estudiantes representan una generación que, si bien no reniega del capital, entiende que el verdadero diferencial está en el liderazgo. En la capacidad de motivar a otros, de abrir puertas más allá de las fronteras, de desmentir la idea de que por haber nacido en determinada región se está condenado a no competir a escala global.
StartCo fue un espejo. Uno que devuelve imágenes de emprendedores que no buscan impresionar, sino transformar. Que no han llegado aún al gran escenario internacional, pero que ya han empezado a construir algo más importante: la mentalidad necesaria para no rendirse cuando lo fácil sería detenerse.