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Emprendimiento y sostenibilidad con aroma de café

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17 Nov 2018

Una taza hecha a base de borra y plásticos reciclados tipo PET, propuesta por cuatro estudiantes, se llevó el primer lugar en la tradicional Feria de Espíritu Emprendedor, del CESA.

Kopffee, como se llama la taza (que en todo caso va con un plato de base) es un producto que no solo resulta funcional, sino que genera un positivo impacto ambiental a partir de su diseño y las materias primas usadas para su concepción.

La borra, que es el residuo que queda en los filtros de papel de las cafeteras cuando se prepara el café, es probablemente uno de los desechos con el uso más versátil.

Y es que sirve desde ser un exfoliante para la piel hasta saborizar postres, pasando por ser repelente de pulgas de las mascotas en casa, y hasta insumo principal de la controvertida labor de pitonisas, dedicadas a la predicción de los acontecimientos tras la lectura de las señales en el fondo de las tazas de café.

Y por si las dudas, tiene un capítulo en el ámbito de las letras, pues La borra de café es el título de una novela del escritor uruguayo Mario Benedetti.

Lo cierto es que en el ámbito del emprendimiento, los alumnos Santiago Alonso, María Alejandra Luna, Ana María Huertas y Felipe Bayón idearon un producto funcional con un 99 por ciento elementos recuperables o reutilizables: 40 por ciento de la borra y 59 por ciento de plástico reciclado.

Aunque son pocas, en Colombia hay empresas que se dedican a un óptimo manejo del plástico reciclado a partir de procesos químicos complejos, para que no vayan en contravía de su uso para alimentos (en este caso bebidas).

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A través de una máquina inyectadora de plástico, y con los propios moldes diseñados, se producen las tazas de café para la bebida caliente de las mañanas. O incluso de las tardes y también fría. La temperatura no es una cortapisa para su uso.

El recipiente no sufre ninguna deformidad al verter líquidos a alta o muy baja temperatura, ni al introducirse en el horno microondas, asegura Santiago Alonso.

Con la idea clara desde el principio de sacar un producto que aportara a la sostenibilidad, los estudiantes estuvieron monitoreando qué bienes similares había en el mercado.

Así, lograron detectar la producción de artesanías a base de borra aquí mismo en Colombia, y de tazas de café en Alemania pero con el uso de polímeros. En su caso usaron plástico reciclado, que es en últimas la apuesta máxima de este emprendimiento cuyo espíritu es la reutilización de materiales.

Para los integrantes del grupo ganador, lo más fructífero del proceso de emprendimiento fue poner a cuatro personas de muy distintos intereses a trabajar para aportar para un propósito común. Hubo mucha divergencia en las opiniones, pero ello fue lo que posibilitó afinar mejor una idea para sacar el mejor producto de la feria.

El grupo ganador viajará en próximos meses a Inglaterra, donde desarrollará una agenda de emprendimiento con su proyecto. Esta agenda incluye dos paradas: en la Universidad de Oxford y en el Centro de Emprendimiento del King’s College de Londres.

Otro proyectos destacados

Otros tres proyectos más exhibidos en la Feria de Espíritu Emprendedor sobresalieron en otras categorías como ‘mejor innovación, ‘mejor investigación’ y ‘mejor proceso de validación’.

No-Sting, gomas de dulce a base de vitamina B1, eucalipto, citronela y otros compuestos naturales para evitar las picaduras de zancudos, se impuso como mejor innovación.

Mái-tico, que busca reemplazar el uso excesivo del plástico en diversos ámbitos, brindando al usuario una opción de alta calidad amigable con el planeta, a través de un bioplástico a base de maicena, fue el proyecto mejor validado.

Como ‘mejor investigación’, distinción que otorga la dirección de Biblioteca, sobresalió Nawn: puf que ayuda a experimentar un sueño profundo y placentero, haciendo uso de sonidos y técnicas de respiración.