Estudiantes de la U de Marquette aprenden de la cadena del café, desde la raíz, con el CESA
Hay muchas maneras de aprender sobre cadena de suministro. Más allá de las aulas, algunos lo hacen a través de un juego de mesa, por ejemplo. Otros, para entender la cadena de suministro en torno al mercado del café, visitan -junto con el CESA- una finca cafetera en Choachí (Cundinamarca).
Este es el caso de un grupo de seis estudiantes y tres profesores de la Universidad de Marquette, en la ciudad de Milwaukee (EE.UU.), quienes esta semana participan de una inmersión tanto académica como cultural -y en este caso la asociada a la industria caficultora- para entender el tema.
Pensar en café es, de alguna manera, pensar en Colombia. Después de todo, se trata de uno de los más emblemáticos productos por los que el país es conocido en el exterior.
En efecto, más del 94% de todo el café que produce el país se exporta. Apenas con unos 700.000 sacos anuales de ese café se hacen los tintos, americanos, expresos y bebidas afines que se toman al interior del país, y que se suman a las derivadas de café importado de algunos otros países, principalmente de Brasil.
Por eso los estudiantes de la universidad de Marquette disfrutaron de la clase en la finca ‘La Campesina’, del municipio cundinamarqués. Allí experimentaron la realidad que no se alcanza a advertir en los libros donde reposan las teorías de la cadena de suministro.

Damian Lassak es estudiante de Marketing y de Teología de esta universidad católica en el estado de Wisconsin. Toma un pocillo del CESA y degusta un sorbo de café. Mansamente. Es parte del epílogo de lo que 24 horas antes él y sus demás compañeros experimentaron en La Campesina. Allí participaron de varias etapas del proceso como la recolección, el despulpado, lavado, secado del grano, entre otras.
La estudiante Mailyn Santibañez-Tañón explicó que la experiencia fue enriquecedora, especialmente por saber en detalle qué hacen las manos que están detrás de uno de los cuatro mejores cafés del mundo.
Yaira Hernández, estudiante de leyes en Marquette, por su parte, destacó lo maravilloso que resultó ver a mujeres caficultoras tras estos procesos.
Todos estos conocimientos prácticos serán complementados, con la teoría, a lo largo de la semana en clases; e incluso con actividades de cata de café con estudiantes del CESA.
A un nivel general, esta actividad representa una parte de cómo se vive la internacionalización en el CESA. La cooperación internacional, la globalización y la interacción cultural como fuente de aprendizaje vivencial, no sólo para quienes visitan la institución, sino para los estudiantes del CESA que intercambian visiones y perspectivas con estudiantes y profesores de otras latitudes.