«Hay que promover condiciones de igualdad para capacitación en temas asociados a tecnología»
A la necesidad de combatir el desempleo en el país que supera el 11%, siendo el de las mujeres mayor al de los hombres, 13.9% VS 8,8%, según las cifras del DANE para el periodo entre mayo y julio de 2022, se suma la importancia de apropiación de la tecnología como componente habilitador de competencias para entrar en la dinámica laboral.
Una de las lecciones de la pandemia es que la tecnología resultó ser un motor para que las empresas encontraran mejores maneras para acomodarse y seguir operando en la coyuntura mundial. Bajo dicho contexto, algunas instituciones han puesto en marcha planes para que nacientes empresas de base tecnológica, fundadas por mujeres, pudieran entrar en el juego del mercado con mayores oportunidades.
Nicolás Uribe Rueda
En desarrollo del II Encuentro Nacional de Mujeres en Juntas Directivas: diversidad, impacto y futuro, en Medellín, Noticias CESA habló con el presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB), Nicolás Uribe Rueda. Se refirió a una de estas estrategias, Mujeres Tech, programa que busca acompañar la aceleración de startups bajo 5 pilares: estrategia, marketing, gestión financiera, tecnología y habilidades blandas.
La CCB ha impulsado 95 startups desde el 2020. Con más de 300 horas de talleres, más de 460 horas con mentores líderes y más de 270 horas con mentores temáticos (13 horas de mentoría en promedio por empresa), la CCB ha propiciado que 55 empresas hayan incrementado sus ventas en un 85% promedio bajo Mujeres Tech.
¿Hacia dónde y cómo se han volcado los esfuerzos de la CCB de Bogotá para promover equidad, diversidad e inclusión?
Es necesario hablar de una estrategia que tiene varios frentes. Uno de estos tiene que ver con cultura al interior de las organizaciones.
Necesitamos que los temas de equidad, diversidad e inclusión no sean un discurso que caiga en el vacío, sino que tenga la capacidad de ser un instrumento al servicio de la formación de criterios de todos los funcionarios en todas las circunstancias: desde cuando asesoran empresas hasta cuando toman decisiones de contratar a una persona, pasando por la manera en que se expresan. Esto es cultura
En segundo lugar, tenemos programas que son diferenciales. Entendemos que hay poblaciones distintas, diversas que requieren aproximaciones diferentes. Y esto es así porque hay circunstancias que hacen que la necesidad de la información, de contenidos, de herramientas sean distintas.
En tercer lugar, hemos hecho un esfuerzo de voluntad política. Ello significa tomar la decisión de que las cosas pasen y se hagan.
Distintos CEO se reunieron con mujeres líderes para conversar sobre el apoyo masculino a entornos de diversidad.
Un ejemplo es que decidimos ampliar la licencia de paternidad para ellos. Y esto con el fin de brindar el mensaje de que los hombres también deben estar pendientes de sus hijos en la casa, y que el cuidado de los niños no recaiga exclusivamente en las mamás sino en los papás también; y que las cargas asociadas a tener familia no estén puestas integralmente en las mujeres sino en los papás también, de modo tal que no haya sesgo diferenciados a la hora de contratar, en virtud de prestaciones laborales o de cargas laborales en relación a si una persona es hombre o es mujer.
Y hacemos un esfuerzo en los distintos foros, paneles que organizamos, para que tengan incorporadas personas que integren diversidad en diferentes factores. Son muchos los elementos que hacen parte de una estrategia que termina siendo liderada con el ejemplo, con voluntad política y que forma una cultura organizacional de diversidad, inclusión y equidad.
¿Cómo hacer del emprendimiento femenino, no una solución temporal a la ausencia de empleo formal, donde hay una prevalencia de creación de empresas fugaces, sino un camino a la creación de modelos de empresa sostenible?
Los CEO discutieron en un panel las conclusiones de sus reuniones con mujeres líderes.
Es un tema que ocurre tanto con hombres como con mujeres, lo que pasa es que está más acentuado como sucede, lamentablemente, en contra de las mujeres. Además de que hay menos mujeres empresarias, tienen menos nivel de utilidades.
El gran reto de las empresas de nuestro país es el de ser sostenibles: que podamos construir entornos adecuados para los negocios de hombres y de mujeres, y que a partir de allí nosotros seamos capaces de construir condiciones para la sostenibilidad de las empresas.
Hicimos una encuesta sobre empresas activas, que para finales de 2021 arrojó que el 36% de estas empresas habían sido creadas en los últimos dos años, y el 70%, en los últimos cinco. Esto lo que quiere decir es que hay una rotación enorme entre el empleo, la informalidad, la empresa y el rebusque; y la gente se está reciclando constantemente en estas circunstancias, y es muy difícil el tránsito de permanecer en ese “famoso” valle de la muerte entre el primer y tercer año de cada empresa, en donde las dificultades para sobrevivir son muy grandes.
¿Qué necesidades han advertido desde Uniempresarial, la universidad de la Cámara de Comercio, para, no solo superar el desempleo, sino también superar las brechas, y las de género no son la excepción?
Ta vez uno de los temas que se está moviendo con gran agilidad es el de la formación. Hoy en día es muy complicado arrancar un programa universitario y terminarlo, con la dimensión de las necesidades que usted tenía cuando lo montó tres años antes.
Casi que uno está formando gente para un mundo que no va a existir cuando se termine el programa. Y por supuesto las dimensiones de equidad, diversidad e inclusión son elementos que hacen parte de esas nuevas agendas que son fundamentales para tener éxito en el mundo laboral.
Hoy las empresas requieren profesionales no solo de diferentes talentos, sino la capacidad para interactuar con grupos diversos, que tengan la capacidad de ver desde la perspectiva del otro, porque hoy en día así también se está moviendo el mundo del consumo.
La gente consume no solo en razón a la bondad de determinado bien o servicio, sino a lo que está detrás del mismo.
De tal manera que esa dimensión no técnica de la formación en materia de diversidad, equidad e inclusión todos los días es mucho más importante y un componente fundamental en los procesos de formación universitaria, formal, no formal, pero en todas las dimensiones para poder tener éxito en el mundo del trabajo.
Mujeres Tech, uno de los programas que apoya la CCB.
¿Cómo incidir favorablemente en la apropiación tecnológica que, con la pandemia, claramente mostró que cambió también a las empresas, pero que también ha favorecido más a los hombres y no a las mujeres, abriendo otra brecha?
Es uno de los temas en donde hay un refuerzo de sesgos en contra de las mujeres. Desde que estudian ciencia que tienen que ver o se relacionan con temas de tecnología, hay una prevalencia y mayor participación masculina en esos procesos, y por supuesto es más difícil ver más mujeres en actividades de liderazgo en materia de tecnología, como mujeres líderes de empresas que tienen base tecnológica.
Y esto lo que hace es hacernos un llamado alrededor de reforzar una serie de actividades en ese camino. Y es un ejercicio para fomentar y acompañar ese proceso de mujeres empresarias en empresas de base tecnológica, y para eso tenemos programas como Mujeres Tech, iniciativa de mentorías de mujeres que tienen que ver con tecnología, mujeres líderes de este tipo de empresas para garantizar que eso pueda tener éxito.
La mayoría, y no es porque sean mujeres, las necesitan todas las empresas, de hombres y mujeres. Pero si nosotros montamos un programa especial para reforzar a las mujeres en estos propósitos, pues aumentamos en forma significativa las posibilidades de supervivencia.
Por otro lado, está la necesidad de promover condiciones de igualdad para el acceso a capacitación y formación en materias que tienen que ver con tecnología. Esa es una de las grandes dificultades porque de entrada pareciera que existe una exclusión permanente de un sistema que desincentiva a las mujeres a participar de estas áreas.