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Inteligencia artificial y ‘nanodegrees’, en el horizonte inmediato de la educación superior

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14 Ene 2019

Una educación que sepa definir qué pedagogías y didácticas va a entregar presencial y virtualmente, que con tecnología el propio estudiante construya su currículo con base en sus capacidades y proyecto de vida, y en todo caso, que inspire al alumno a un liderazgo capaz de descubrir el ‘para qué’, son algunos de los retos que esta debe encarar desde ya.

Así lo conceptuó el ingeniero en cibernética mexicano Alberto González Esparza, durante una conferencia y panel sobre los desafíos de la educación superior ante la nueva realidad empresarial, organizado por el Colegio de Estudios Superiores de Administración –CESA-.

La tesis del ex CEO de Microsoft para América Latina es que la tecnología y con ella la virtualidad, obligan a que la educación se replantee las formas de la enseñanza. Sostuvo que de no implementar en los próximos dos o tres años aspectos como la realidad virtual o la robótica en la educación, las instituciones latinoamericanas quedarían altamente vulnerables al rezago frente a las realidades en otras latitudes, con las consecuencias que ello implica.

La simulación es un aspecto que debe ganar terreno cada día más. Según González Esparza, coaching certificado de alto rendimiento, esos modelados son clave, sobre todo ante grandes problemáticas con millonarias inversiones de por medio.

Sin embargo, las instituciones no pueden abandonar y en cambio deben aumentar desafíos reales dentro de las prácticas empresariales. Laboratorios financieros que diagnostiquen sobrecostos y definan planes de acción (soluciones reales ante problemas reales), identificación y priorización de problemas en salas de juntas, acompañamiento a CEO en una agenda de trabajo común del día para observar su personalidad y potenciar las llamadas habilidades blandas que son las que otorgan liderazgo, son algunas de las apuestas de primer orden para el CESA, explicó su rector, Henry Bradford.

Alberto González Esparza refirió desafíos inmediatos, y para el mediano y largo plazos.

A las instituciones les ha llegado la hora de tomar una gran decisión sobre sus modelos de aprendizaje. Ya sean formales o informales, mixtos, on-line o presenciales, porque hoy por hoy hay muchos métodos de aprendizaje informal ligados a la tecnología, pero la estructura tradicional continúa con semestre y créditos, y su pertinencia podría ser discutible.

En el mediano plazo, las instituciones tendrán que resolver el tema de las certificaciones versus la especialización en ‘habilidades maestras’ para ejercer mucho mejor una profesión por nuevas necesidades. Según González, se trata de una paradoja. Y es que se requiere la creación de nuevos programas por parte de las universidades, que compiten con los tradicionales que ellas mismas tienen certificados.

“Es lo que hoy se conoce como ‘Nanodegrees’ o grados de especialización, donde estudias en unos casos un mes o 12 semanas, obtienes una experticia en un aspecto, y hay empresas que te contratan por USD 70.000 al año”, refirió el ingeniero.

Y a largo plazo, hay que acentuar la enseñanza basada en el estudiante. Con las nuevas tecnologías hay que apuntarle a una educación más personalizada. Sistemas que recojan las necesidades del alumno, que adapten los programas a dichas necesidades y que ellos mismos puedan elaborar sus cursos para un emprendimiento. “Hay que resolver el tema de analíticos de aprendizaje. Tecnologías que permitan detectar las habilidades del estudiante para ofrecerle un mejor currículo. Pero esto hay que hacerlo vía aprendizaje de máquina. Con inteligencia artificial”, explicó Alberto González. Y agregó que esto ya está incidiendo en el establecimiento de una megatendencia: la educación para toda la vida.

No obstante, ya hay instituciones que lo están haciendo. Para tal efecto, por ejemplo, la Universidad de Cork, en Irlanda, está construyendo los programas con base en la experiencia de vida del alumno, más allá de su hoja de vida. Y la Universidad de Miami, con una inversión próxima a los USD 100 millones en TICs, “le apuesta a la llamada Universidad Hemisférica: un gran centro de conexión con vocación de resolver problemas del día a día de la sociedad, acogiendo diversidad”, explicó González Esparza.

En cualquier caso, coincidieron los panelistas, una de las grandes habilidades a desarrollar es identificar el ‘para qué’, como punto de partida para un liderazgo.

Y es que hay una tensión, conocida como brecha de integridad, consistente en el “pulso” entre lo que se quiere ser y lo que se está siendo. Sólo advirtiendo el propósito se logra encontrar esas posturas de cambio y liderazgo, y el docente debe estar allí para acompañar e inspirar.

Al respecto, Hugo Salcedo, Vicepresidente de RRHH de Unilever, resaltó que para la compañía esa mentalidad hace parte del marco estratégico de la empresa. Y agregó que hay que trabajar en el tema ético. Así, conceptuó, sería clave pensar en pedagogías no tradicionales, en las que los estudiantes enfrentan situaciones ideales, para que resuelvan situaciones que se acerquen más bien a los dilemas.