Huellas de las ciudades y economías de escala
La urbanización de la sociedad es una tendencia clara en las economías contemporáneas, que se afianza con el proceso de desarrollo económico de los países. Colombia no escapa a esta tendencia. Actualmente más del 77 % de sus habitantes viven en ciudades.
Ciudades y economías de escala
Desde el punto de vista económico, las ciudades tienen algunas características muy deseables, como lo es la capacidad de desarrollar economías de escala que posibilitan el florecimiento de un tejido empresarial complejo, el cual no sería posible de forma aislada.
Por ejemplo, la ciudad de Bombai (India) es un polo de desarrollo tecnológico que atrae a miles de ingenieros y otros profesionales vinculados con las tecnologías de la información y las comunicaciones.
Londres, a pesar del Brexit, sigue siendo una plaza financiera de primer nivel mundial, al igual que New York y Sao Paulo.
Así como las ciudades tienen el potencial para generar oportunidades para cientos de miles de personas, también necesitan de otras regiones para sobrevivir.
Precisamente, debido a su reducida escala geográfica, las urbes no pueden ser autónomas sino que son extremadamente dependientes del abastecimiento desde sus zonas metropolitanas, municipios aledaños, resto del país o a escala internacional.
Toda actividad genera huella
Esto hace que la actividades económicas, sociales, políticas y culturales que ocurren en las ciudades dejen extensas huellas a lo largo y ancho del planeta: huellas de carbono, de uso de materias primas, de agua, entre las más comúnmente citadas.
En una investigación de pronta publicación en una revista académica internacional, investigadores del CESA, en conjunto con colegas de la Universidad de Castilla La Mancha (España), se calculó la huella de carbono que deja la ciudad de Bogotá, haciendo énfasis en las emisiones indirectas; esto es, en aquellas generadas en otras regiones y países debido a la actividad económica de la ciudad.
Uno de los principales hallazgos es que Bogotá deja una huella de al menos 26.1 megatoneladas de CO2 por año, lo cual equivale a que cada bogotano es responsable de aproximadamente 3.7 toneladas de CO2.
Uno de los interrogantes clave es, ¿quiénes son los responsables de esta huella? En primer lugar, el 66 % de ésta es generada por el consumo en los hogares. Esto se da en rubros como el transporte, la compra de ropa, comida, productos del hogar, tecnología, entre otros.
Aranceles verdes
Esto indica que nosotros, como consumidores, tenemos mucho qué decir y mucho qué aportar a la solución del cambio climático, directamente con las decisiones de compra.
Para ello, es necesario hacer esfuerzos para tener mejor información ambiental de los productos que consumimos, lo cual puede complementarse con incentivos negativos, mejor conocidos como impuestos verdes.
- Actualícese en finanzas verdes, donde está parte del futuro de la globalización
- Inteligencia y frescura en el cuidado del medioambiente El resto de la huella es generada por las empresas que producen bienes de capital, en un 29 %; y por la demanda del sector público en un 9% (Alcaldía, pero también organismos del gobierno nacional que operan desde Bogotá).
Este panorama no es particularmente bueno ni malo en comparación con otras latitudes. De hecho, es similar a las huellas de países y ciudades del mundo en desarrollo.
Sin embargo, estos resultados nos deben interpelar e invitar a buscar soluciones para disminuir nuestras huellas.
Frente a una ciudadanía cada vez más consciente del problema ambiental, las empresas deben, de forma creciente e inequívoca, actualizar sus misiones para incorporar, además de la generación de valor agregado para sus grupos de interés, el cumplimiento de objetivos sociales dentro del cuidado del medioambiente, o sea las tres dimensiones de la sostenibilidad.
Enrique Gilles
Profesor Asociado del CESA