Los cordones cuelga-gafas que se expanden por el país y la región
Una mañana de septiembre de 2016, Juan Pablo Pradilla, entonces estudiante del CESA, sacó un par de cordones cuelga-gafas de vistosos diseños y colores que un amigo le había recomendado entregarle a otro en Colombia, y un compañero de clase se levantó entusiasmado a preguntar si era que los estaban vendiendo.
A Pradilla, que en ese instante contestó que ‘no’, y que se trataba de un prototipo, le quedaron dos cosas ese día: la primera, la lección de que la vida está llena de oportunidades de negocio; y la segunda, el nacimiento de Sajú, empresa que tras casi tres años de fundada distribuye sus cordones cuelga-gafas en más de 40 puntos de venta en el país y 15 más en el exterior.
Llamada Sajú por ser la expresión con la que en el Pacífico colombiano se conoce al Mono Capuchino, cuya característica esencial es usar mucho su cola para colgarse de los árboles, la empresa produce innumerables cordones de seis tipos de materiales.
Liderada por Juan Pablo Pradilla, gerente de mercadeo y ventas; y Juan Manuel Agudelo, gerente financiero y de producción, Sajú se apoyó en el Centro de Emprendimiento e Innovación del CESA para trabajar y afinar los aspectos que hacían fuerte su modelo de negocio y así tener la posibilidad de expandirse en el mercado.
En palabras de Pradilla, “fue la cachetada” que les hizo ver el verdadero potencial de Sajú, que hoy ya ha logrado mostrarse en latitudes como Perú, Nueva York, y que hoy prepara negocios para llegar a México.