Los grandes retos en equidad de género y manejo del agua para la sostenibilidad del país

Los grandes retos en equidad de género y manejo del agua para la sostenibilidad del país

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Con una suma de ideas de asistentes al evento y una serie de acuerdos colectivos de las directivas de empresas participantes, cerró la segunda Cumbre de Sostenibilidad organizada por Semana Sostenible y el CESA -Colegio de Estudios Superiores de Administración-, realizada esta semana en Bogotá.

Los acuerdos, preámbulo de lanzamiento de la ‘Plataforma 17, alianzas para la sostenibilidad en Colombia’, se convertirán en una ‘hoja de ruta’ para que los distintos sectores del país sean protagonistas del cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible a corto y mediano plazo, y hasta 2030, como se prevé mundialmente. De hecho, el ODS 17 versa justamente sobre las alianzas para cumplir tal propósito.

Así, la plataforma contempla el diligenciamiento de un cuestionario para apalancar ese “diálogo nacional”, y cuyos resultados complementarán esa carta de navegación para la sostenibilidad del país.

Equidad de género y recurso hídrico

Además de los pendientes para hacer del país una nación competitiva a partir del cumplimiento de los ODS, por qué la equidad de género es un asunto de sostenibilidad para las organizaciones, y las estrategias sobre el manejo del recurso hídrico, fueron los temas que más estuvieron bajo el foco de análisis y discusión en desarrollo de la cumbre.

La equidad de género, ODS número 5 trazado por Naciones Unidas, es parte medular de la supervivencia de las organizaciones. Y es que para los expertos, el tema de la sostenibilidad enpresarial es también un asunto de inclusión.

Recientes estudios muestran beneficios empresariales cuando hay mujeres en la dirección. El del Instituto Paterson, por ejemplo, da cuenta de que con una cuota de por lo menos el 30 por ciento de mujeres en posiciones de liderazgo, las organizaciones son entre 15 y 30 por ciento más rentables. Así mismo, hay una correlación entre la presencia de mujeres con menores grados de corrupción.

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Muy a pesar de ello, persisten las brechas salariales así como la imposibilidad de que las mujeres lleguen a los cargos más altos, fenómeno conocido como ‘Techo de Cristal’.

Frente a este panorama, si se quieren sociedades y organizaciones sostenibles, los directivos de las empresas deben estar comprometidos con la equidad de género.

Así lo estima Michael Kaufman, consejero para la equidad del gobierno de Canadá y uno de los panelistas en la Cumbre, quien asegura que no basta con apoyar este tipo de ideas, sino que hay que estar monitoreando que esto se cumpla. “Hay que vigilar que las mujeres tengan las mismas oportunidades, pero además que están progresando y que ese progreso sí se está traduciendo en bienestar”.

Según Kaufman, varios de los roles en la sociedad se han constituido a partir de narrativas en las que en ocasiones ha prevalecido una violencia emocional. “Hemos agredido a nuestros niños cuando les decimos, si están llorando, que no lloren como niñas. Que eso no es para ellos”, dice Kaufman, y agrega que ese tipo de narrativas educó hombres con la prohibición, inaceptable, de sentir miedo a ser vulnerables.

En ese mismo sentido es la tesis del VP de Jhonsson&Jhonsson para AL, Mircea Cubillos, quien asegura que hay que identificar a las mujeres telentosas y acompañarlas. Y para ello -dice- “hay que ejercer cierta intencionalidad”. En ocasiones, una mujer con todo la capacidad puede desistir de llegar a un alto cargo por creer las dificultades que pueden sobrevenir por sus responsabilidades de madre. Para Cubillos, identificar esa situación y promover a las mujeres a seguir es un deber como directivo. En eso constituye un acompañamiento en pro de la sostenibilidad en la empresa basada en la equidad.

Juliana Villarreal, responsable de la estrategia reputacional de la empresa Pfizer, empresa que en los últimos dos años ha ocupado el primer lugar en el ranking de equidad por sus prácticas dentro de las empresas privadas, el tema pasa por cambiar ideas preconcebidas y narrativas (los chistes sexistas que ponen a la mujer como objeto son algunas de estas) no solo en la empresa, sino también en la familia y la pareja; pero solo como un primer paso. El segundo, agrega, “es sintonizarnos con una nueva cultura: una dinámica de inclusión, de diversidad, pero -sobre todo- de más humanidad”.

Consciencia sobre el agua

Sobre un recurso vital para la vida como lo es el agua, claro es que resulta mejor negocio restaurar las cuencas y proteger los acuíferos hoy, a que sea un poco tarde buscar el aprovisionamiento del preciado líquido mañana, con soluciones que resulten costosas.

Según Alejandro Calvache, Coordinador de los Fondos de Agua de la organización The Nature Conservacy, y expositor en la Cumbre, hay que emprender tres acciones puntuales: tomar consciencia del problema, tratar de entender los esfuerzos que se hacen en las cuencas sobre las cuales hay incidencia poblacional, y tomar acción.

Toma consciencia, explica, significa “que sepamos de dónde viene el agua que consumimos”. Y agrega que como citadinos “abrimos la llave sin saber que esa agua hizo un viaje larguísimo, o que viene de un área que puede ser muy especial que hay que proteger”.

En cuanto a la acciones, menciona dos puntuales: hacer más escalables los fondos de agua y así como fortalecer las CAR.

Si bien ha habido críticas sobre la ineficiencia y hasta corrupción sobre las CAR, Calvache asegura que algunas vienen haciendo buen trabajo. Y señala que lo que lo que estas necesitan es más capacidad técnica y financiera así como una planeación que les permita articular su labor con la que hace la empresa privada.

Fondos de agua y acuíferos

Los fondos de agua (FA) son alianzas, mecanismos de impacto colectivo donde privados y públicos hacen acuerdos de largo plazo para garantizar el recurso hídrico de las ciudades, desde el tratamiento de las cuencas a través de la inversión.

En la actualidad, Colombia maneja siete de una veintena de FA que hay en la región. Después de Brasil, es el país que más tiene FA junto -con Ecuador-, y la meta es llegar a 20 a mediados de la próxima década.

Sin embargo, de los siete FA que hay en Colombia, tres de ellos son monitoreados. Esto es, que tienen un diseño y equipos que permiten medir en tiempo real lo que pasa en las cuencas. Así, de lo que se trata es de fortalecer el músculo financiero a partir de las alianzas para replicar ese monitoreo en los demás FA y que haya escalabilidad de esa ‘infraestructura verde’. “Queremos generar una información detallada que nos permita evaluar los impactos, el beneficio tangible para una empresa, la sociedad y la ciudad, en términos de regulación de caudales y calidad de agua”, explica Alejandro Calvache.

Concomitantemente al fortalecimiento de los FA, el próximo gran paso que debe dar el país es científico, y tiene que ver con los acuíferos.

Aunque son de una importancia trascendental, el país está rezagado en información disponible sobre los mismos. “Sabemos que están ahí, los usamos, pero no está reglamentado su uso y no sabemos si estamos pagando debidamente lo que usamos”, concluye.