‘Nearshoring’ para una reactivación económica sostenible
La relocalización de la producción o el abastecimiento, o lo que se conoce como ‘nearshoring, surge como una nueva estrategia competitiva y de oportunidades económicas y de inversión para el país.
Pero además, y de forma paralela, podría constituirse en una alternativa de crecimiento para Colombia y la región, cuidando factores de sostenibilidad a escala global.
Según una investigación sobre efectos potenciales del nearshoring en latinoamérica realizada por el CESA (Colombia) y la Universidad Castilla la Mancha (España), su dinámica incidiría positivamente en aspectos como el empleo y mayores ganancias, aristas social y económica -respectivamente- de la sostenibilidad.
Y si bien la operación de relocalización, en particular la movida de algunas industrias del sudeste asiático hacia latinoamérica, subiría las emisiones de gases de efecto invernadero para la región (111 kilotoneladas de CO2 para Colombia) por esa mayor producción y plazas de trabajo, estas se reducirían en todo caso a escala mundial, cubriendo el aspecto medioambiental.
Las emisiones generadas en este lado del mundo serían mucho menores que el descenso de emisiones en un país como China.
Para el capítulo Colombia, por ejemplo, el valor agregado aumentaría en más de 550 millones de dólares, con una generación de más de 40 mil nuevos empleos.
Y similar situación ocurriría con países como Estados Unidos o México, por su rol de proveedores de insumos para esos nuevos países exportadores anclados en la región.
Choques ocurren cada 3,7 años
Esta fue una de las grandes conclusiones del panel organizado por el CESA, el BID y Procolombia, en el marco de la Asamblea del Banco Interamericano de Desarrollo, que se propuso a desarrollar el panorama de las cadenas globales de valor, y las acciones de multinacionales a partir del nearshoring como estrategia de negocios a causa de la coyuntura mundial.
El covid-19 generó perturbaciones en todos los ámbitos, por lo que diversas industrias generaron disrupciones en sus operaciones. Y el comercio no fue la excepción. El abastecimiento global de insumos y productos quedó en riesgo.
De hecho, según datos recopilados por McKinsey Global Institute, nueve de cada diez empresas (93 %) se vieron obligadas a hacer una planeación más resiliente de sus operaciones: incremento de inventarios (corto plazo), aumento de proveedores y regionalización de algunas de sus operaciones y la relocalización (mediano y largo plazo).
De acuerdo con el docente del CESA y panelista Enrique Guilles, se estima que esas perturbaciones o choques, como pandemias, ciberataques, conflictos, huracanes, tsunamis, entre otros eventos, ocurren cada 3.7 años e impactan a las empresas globales.
De allí que el asunto se haya convertido en una preocupación general y el nearshoring en una posibilidad para contrarrestarla. Las multinacionales están buscando proveedores más cercanos a los consumidores.
Oportunidades para la reactivación económica
Uno de los casos emblemáticos es el de la peruana Oben Group, fabricante de “películas” flexibles para el empaque de alimentos, y que tiene asiento en Colombia.
Oben ya tiene en funcionamiento en el país la línea de polipropileno biorientado (la más grande del mundo), con una proyección de capacidad anual de 100 mil toneladas de producción, que le brinda valor agregado a los empaques de alimentos y a la vez a quien produce los empaques de cara a la exportación a otros mercados.
“Tenemos medido y estudiado que en los países donde se instala una nueva línea de producción de este material, crece de manera importante los empaques más sofisticados, que al final del día cumplen con su objetivo, que es el de preservar por más tiempo los alimentos”, afirmó su CEO y también participante en el panel, Jaime Ordóñez.
Según ProColombia, a la fecha, de un universo de más de 700 inversionistas, se tienen identificadas 125 oportunidades de inversión con 21 proyectos certificados que ascienden a USD 373 millones.
La radiografía de esta estrategia de relocalización, muestra que existe una alta heterogeneidad sectorial, en las que son proclives la exportación farmacéutica (60 %), el sector moda (hasta un 57 %) y de equipos de comunicación hasta en un 54 %.
Cuatro países, Argentina, Brasil, Chile y Colombia, encabezarían para la región las importaciones de los productos químicos y farmacéuticos provenientes de China.