Poniendo la creatividad a prueba incentivando donaciones
Con donaciones por más de 6 millones de pesos para algunas fundaciones, terminó uno de los ejercicios de la clase de Creatividad e Innovación de estudiantes de 3er semestre del CESA.
Se trata de uno de los espacios académicos tendientes a apuntalar habilidades en los jóvenes tendientes a dar paso a la creatividad, una de las cuales es la resolución de problemas.
Distribuidos en siete grupos, 25 estudiantes tenían que propiciar donaciones de un mínimo de medio millón de pesos, a través del apoyo de más de 100 personas, cada grupo.
Los destinatarios finales, el mismo número de fundaciones de diversa naturaleza. Desde reconocidas instituciones como Fundación Cardioinfantil o Save the Children, hasta algunas de menos envergadura y que no son tan mencionadas.
Se trataba de explorar diversos parámetros para medir si el proceso había sido o no exitoso. No sólo por el resultado de las donaciones, sino por otros factores como la cohesión del equipo, la comunicación y argumentación de las ideas en la fase de exposición, entre otros.
La estudiante Sofía Ramírez De Lavalle, integrante de uno de los grupos, sostuvo que la gestión del tiempo resultó ser uno de los mayores desafíos. El asunto iba más allá de ser efectivos en la publicidad. Era necesario visitar las fundaciones, conocer sus alcances, sus dinámicas y, con base en ello, también tener claridad sobre cuál era el destino de los recursos captados. Actividades que requerían tiempo y agilidad de forma paralela.
“Había que ejecutar las estrategias en el menor tiempo posible. Y si algo no funcionaba como lo planeamos, debíamos ser recursivos”, explicó por su parte el estudiante José Pardo. En el caso de su grupo, Bogotá les quedó muy pequeño. A través de redes sociales tuvieron que llevar su mensaje fuera del país para alcanzar el tope, aún con donaciones en otro tipo de moneda.
“Haber tenido los objetivos claros nos ayudó a superar los percances, que fueron muchos. Pero una de las lecciones que me dejó esto es que no todo debe ser perfecto”, reflexionó la estudiante.
Otra de las lecciones dejadas por el ejercicio es a que, afirmaron los estudiantes, parece persistir la cultura de la desconfianza en Colombia, pese a que los modelos de donación reflejan un repunte a nivel global, lo que da como consecuencia que donar, a menudo, no se da de forma tan natural sino que parece darse por un estímulo. Segmentación apropiada y -de nuevo- comunicación, resultaron claves.
Descubrieron que las personas de mayor edad se sentían mucho más cómodas donando en efectivo. También, la efectividad de las cadenas de WhatsApp.
Registros fotográficos reforzaron el control de las donaciones que recibieron en efectivo para asegurar la trazabilidad.
“Este es solo el comienzo de la formación de líderes en el CESA donde, a través de la mentalidad de crecimiento, la generación de conciencia y acercándolos a situaciones reales del mundo empresarial, logran hitos que impactan el futuro del país”, explicó Juan Felipe Echeverry, empresario y profesor de Creatividad.
“De nada sirve la cátedra si no se dan escenarios de aplicación como estos”, resaltó José Pardo.
El crowdfunding en Colombia
El crowdfunding, como técnicamente se conoce a las actividades de donaciones, es un modelo que con el paso del tiempo parece crecer. Se estima, constataron los estudiantes dentro de sus investigaciones, que el crowdfunding crecerá 2,29% en los próximos cuatro años.
Solo en Colombia, registró Semana en un artículo de comienzos de este año, en 2023 se pudieron recaudar más de 15.000 millones en capital, lo cual permitió ayudar a nuevas ideas de negocios y emprendimientos.
Es tan visible el cada vez mayor impacto que tienen las donaciones, que la Unidad de Regulación Financiera (URF) del gobierno expidió nuevas reglas de juego para poner en práctica desde este año para los temas de financiación colaborativa.