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“Proceso de paz colombiano da luces para nuevas metodologías”, David Cortright

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07 Dic 2018

La implementación del barómetro de la paz, a través del cual se hace una medición gradual, rigurosa y sistemática del proceso colombiano, le está permitiendo a uno de los institutos expertos en análisis de procesos crear nuevas metodologías y afinar sus mecanismos de evaluación.

Así lo ha dicho David Cortright, Director de Estudios Políticos y de Acuerdos de Paz del Kroc Institute, centro de Estudios Internacionales para la Paz de la Universidad de Notre Dame, uno de los principales focos mundiales para el estudio de las causas de los conflictos violentos y las estrategias para una paz sostenible.

Cortright estuvo como conferencista en el CESA, Colegios de Estudios Superiores de Administración, en desarrollo del Summit on Peacebuilding, evento realizado la semana pasada por siete instituciones* de educación superior, con apoyo de la embajada de Estados unidos, y tendiente a tratar los distintos retos para una paz sostenible y cuyo proceso de implementación recién inicia.

Aunque es la primera que se hace “durante” y no después, la medición es proporcional a la calidad de la paz, refiere el profesor de Notre Dame, quien señala que la seguridad de los excombatientes y su amnistía es clave para la eficaz implementación.

¿En qué aspecto reside la mayor pertinencia de un barómetro de paz?

La academia debe utilizar todos sus recursos y capacidades para tener un registro y medidas sobre la paz. Además, dentro de un proceso, por su complejidad, pueden ser distorsionadas y corrompidas muchas cosas del mismo. En segundo lugar, es muy importante porque permite un análisis comparativo. No hacemos recomendaciones, pero definimos patrones a partir de los cuales se pueden hallar opciones. Hay líderes de gobiernos interesados en escuchar y un barómetro de paz ofrece esta posibilidad.

¿Qué es lo que muestra la evidencia empírica sobre la implementación de un barómetro?

Es la primera vez que lo estamos haciendo. Anteriormente estudiamos, medíamos la paz después, en el posconflicto. Hoy lo hacemos durante el proceso. Pero la mayor implementación de estas métricas es coincidente con una mayor calidad de paz.

Internacionalmente el proceso de paz colombiano ha sido calificado como el más completo y es un proceso robusto. Con esa caracterización, ¿qué tanto ha cambiado un instituto experto en análisis de procesos?

Hemos adaptado nuestras categorías. Manejamos 51, y ahora estamos repensando cosas. Hemos aprendido a hacer unos códigos más precisos, pero lo más importante es que ahora estamos estableciendo un diálogo. Antes eran dos profesores frente a una computadora analizando y tomando las decisiones, pero ahora nosotros involucramos el equipo a Colombia. Hemos hecho más observación en relación con la transversalidad y calidad del tratado porque tiene muchos componentes: los Derechos Humanos, los derechos étnicos, los derechos de la mujer, la participación democrática no son cosas que puedan medirse tan fácilmente con números y ya, entonces estamos aprovechando como ejemplo el caso colombiano creando una metodología, y lo vamos a combinar con la metodología cuantitativa que manejamos.

Justamente esa condición robusta, con tantos componentes, ¿qué hipótesis les ha permitido hacer este proceso para una llegada a buen puerto??

El caso de Colombia es único. El 25 por ciento del acuerdo está relacionado con el desarrollo económico. Lo que hemos visto en otros acuerdos no tienen este aspecto incluido. Es algo que estamos aprendiendo en Colombia.

¿Qué alertas pueden identificar que obstaculice la implementación?

Lo más importante es el recrudecimiento de la violencia en los territorios contra los ex combatientes y también la amnistía. Se necesita avanzar mucho en este tema y, si este no se mueve más rápido, puede convertirse en una complejidad para que ellos puedan reintegrar y participar en política, ser ciudadanos partícipes y poder trabajar. También la seguridad para sus familias.

¿Qué sería determinante para un impulso final de la implementación eficaz del proceso?

Necesita haber mucho más diálogo sobre el proceso. Incluso desde las escuelas. Entre los que han estado en desacuerdo en el pasado. El plebiscito también creó la necesidad de dialogar más entre el SI y el NO. Ahora estamos en otro contexto y necesitamos tener esos diálogos y estudiar sus resultados, y encontrar formas de trabajar juntos. Pero la lección principal es que la implementación del acuerdo de paz ayuda a todo el mundo en la sociedad: menos violencia, más desarrollo social, económico, más oportunidad para las mujeres y las minorías.

 

*Universidad Nacional de Colombia, Universidad de los Andes, Universidad Javeriana, Universidad del Rosario, Universidad de la Salle, Universidad de La Sabana y el CESA.