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Agua Bendita, retazos de creatividad para hacer empresa

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29 Oct 2018

Lo que empezó como un ensayo de dos compañeras universitarias para buscar “algo de recursos” con algunos retazos de tela, se convirtió en una empresa que hoy llega a 56 países.

Era 2004 y Mariana Hinestrosa y Cataliana Álvarez, que hacían su carrera de diseño de modas en la Colegiatura de Institución Superior en Medellín, se reunieron para pensar cómo podían ganar algo de dinero.

Eran cuatro manos, sueños y una vieja máquina de coser de la mamá de una de ellas. Y en la mente de Mariana y Catalina lo que pasaba era lo bien y curioso que se veían los retazos de tela ensamblados. ¿Y qué tal si hacemos vestidos de baño? Fue la pregunta que se hicieron.

Y retazo a retazo, en “nuestra primera oficina y planta de producción que era la casa de Catalina”, fueron dándole forma no solo a los trajes de baño sino a una empresa con cerca de 15 años en el mercado. Para sus fundadoras, pensar en una funcionalidad para los pedazos de tela fue lo que incentivó la creatividad y le dio vida a un producto distinto. De haber conseguido las telas ya listas “la historia habría sido otra”, dice Mariana.

Y así comenzó esta historia de hacer empresa que es también una historia de pasión, pues el crecimiento de su negocio es también un variopinto escenario de aventuras.

En efecto, en medio de su plan de expansión, vivieron también el mayor problema en la historia de Agua Bendita.

Ocurrió en México donde advirtieron que alguien les había usurpado la marca. Hasta tuvieron que sacar la caja de fotografías de los inicios para que el dueño de aquel negocio se diera cuenta que Agua Bendita ya había sido concebida en Colombia. Hace apenas dos años, en 2016, Catalina y Mariana recuperaron la exclusividad de la marca, y la franquicia en México no existe. Sin embargo, Mariana reconoce que esa experiencia le dio reconocimiento a su empresa en el país manito.

Agua Bendita es la demostración de que hacer empresa es un laboratorio permanente.

Bajo el mismo plan de expansión, con el objetivo de abrir una franquicia en Venezuela, una ingrata experiencia les llevó a considerar lo trascendental que es un manual de marca.

Y es que una vez invitadas a ver la apertura de una nueva tienda en Venezuela, las fundadoras tuvieron que ver cómo sus vestidos de baño eran promovidos en una misma vitrina donde resaltaba por lo demás una virgen de Guadalupe.

Hoy, Agua Bendita cuenta con 25 tiendas en Colombia y 15 más fuera del país. Sin embargo, a través de los canales de distribución y agentes comerciales llega a 56 países.

Estos resultados se han logrado con base en dos preceptos, explica el abogado y máster en Dirección de Empresas Esteban González, CEO de Agua Bendita.

El primero, por una mentalidad global que le ha permitido a la empresa crecer de manera continua en lo local, y que en últimas es caldo de cultivo para la expansión más allá de las fronteras. “Uno tiene que aspirar a Papa para se monaguillo”, dice González.

Y en segundo término, empoderando a los colaboradores de Agua Bendita para que interioricen que lo que hacen “no es porque lo tienen que hacer, sino porque descubren y tienen la convicción de que su rol es fundamental para cumplir los propósitos de la empresa”, agrega.

Agua Bendita tiene 130 empleados directos, pero beneficia a más de 700 mujeres y a sus familias de manera indirecta.