Así se concibió el museo del CESA
La exhibición museal que se planeó para celebrar los primeros 50 años del CESA constituía un gran reto: la elaboración de un guion que recogiera en un pequeño espacio, toda la experiencia histórica del CESA desde su fundación en 1974 hasta hoy.
Este tipo de exhibiciones cuentan con muy poco espacio físico para contar historias, anécdotas o detalles de todo lo que pudo haber acontecido en 50 años. Más aún, cuando se trata de una institución que ha albergado una extensa comunidad de estudiantes, profesores, administrativos, pero que también ha estado atravesada por cientos de eventos sociales y académicos, experiencias de vida cotidiana, crecimiento del campus, entre otros acontecimientos. Es decir, el CESA está lleno de historias presentes y aquellas que se han acumulado a lo largo de medio siglo. Y el reto era precisamente ese: ¿cómo condensar 50 años de múltiples historias en un pequeño relato?
Para hacer el guion se escogieron cinco ejes temáticos, cada uno convertido en una mesa de exhibición que narran los principales eventos. Estos cinco temas centrales fueron: la historia de la comunidad CESA, estudiantes y profesores; la historia de las casas donde se extiende el campus; el proceso de proyecto educativo; la historia del CESA como institución, y finalmente el aporte de los egresados y la institución al país.
¿Por qué es importante una exhibición museal de esta naturaleza para celebrar 50 años?. Las razones son varias, pero esencialmente dos. En primer lugar, no había una historia consolidada del CESA, y se desconocía lo que había pasado en el conjunto de estas cinco décadas. La profesora Margarita Alonso hizo una investigación sobre la historia del CESA, lo que ayudó a pensar esta exhibición, de modo que esta propuesta complementa el libro.
La segunda razón es la importancia que tiene para una escuela de negocios como el CESA recoger su propia memoria y tener conciencia de ella para poder planear un mejor futuro. Los museos institucionales reflejan la memoria y pueden constituir o fortalecer la identidad de una institución. El relato de la historia particular en un espacio museal, en este caso del CESA, refleja los sistemas de valores y el proceso del proyecto misional, lo cual se materializa en los objetos, en las fotos y en los testimonios de quienes han pasado por la institución.
Visitar la exhibición museal que celebra estos 50 años permite encontrar la máquina de escribir donde Iván Tadeo González, uno de los estudiantes de la primera promoción, escribió el discurso pronunciado en aquella ceremonia de grados de 1979. También carnés, incluido el perteneciente al estudiante Carlos Arturo Ramírez, con el número 1. En otras palabras, el primer carné estudiantil expedido por el CESA en su historia. Los recuerdos del estudiante de aquella época son profundamente emotivos. Y hasta un cuaderno del entonces estudiante Octavio Guáqueta, quien guardó sus apuntes de carrera y los donó al CESA. Ese objeto ya no es sólo un cuaderno. También, una especie de reliquia que guarda recuerdos y emociones de alguien que, como los actuales estudiantes, circuló, estudió y experimentó entre las casas que componen la que es ahora la mejor escuela de negocios del país.
Algún día, las tabletas, las libretas de apuntes o los celulares de los estudiantes actuales, harán parte de esta memoria que es hoy el CESA. Esta exhibición museal es entonces un gran texto que narra, como cualquier libro de historia, una visión particular y específica de ese pasado.
Jaime Borja
Historiador y curador museal