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Claves para una educación que necesita revolución

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09 Ago 2023

Claude Monet, uno de los más deslumbrantes artistas que ha dado la pintura en el mundo, habría encontrado en “nuevos escenarios y en nuevos colores” los elementos necesarios para revolucionar la pintura de su época, con su singular y efímera captura de la luz. Y su obra, sin duda una de las más connotadas del género al que se dedicó (si no la más), terminó por bautizar un movimiento: el impresionismo.

Esa misma lógica revolucionaria del pintor francés y lo que significó en su contexto, es la que hoy probablemente debe considerar la educación bajo los elementos que hoy están dictando las reglas en este sector: nuevas necesidades y maneras de formación, los intereses de las empresas, el impacto de la demografía en la llegada a las universidades, la sostenibilidad (en el más amplio sentido de la palabra) y la tecnología.

Pero ¿qué tipo de buenas prácticas están poniendo en marcha varias instituciones para aportar esa necesaria revolución, y qué tipo de condiciones se deben propiciar para adaptarse a esa realidad?

El tema fue tratado en She is, considerado como el más importante foro sobre el tema de equidad de género en América Latina, y que dedicó uno de sus paneles al desarrollo de habilidades STEAM, asociadas a competencias en ciencias exactas, tecnología y matemáticas. Y estas, como fuente generadora de capacidades para que las mujeres tengan las mismas oportunidades de desarrollo y experiencia profesional en instancias que históricamente han sido ocupadas por hombres, hecho que desconoce su talento por una tradición derivada de sesgos y estereotipos socioculturales.

En efecto, recordaba días atrás un experto en Inteligencia Artificial, en el más reciente encuentro de docentes CESA, lo ingenuo que podía ser ignorar el sesgo del algoritmo, cuando el 80% de la ingeniería detrás de la IA es realizada por hombres blancos.

Laboratorios teórico-prácticos para un aprendizaje significativo

Alejandro Cheyne García, rector de la Universidad del Rosario; Emilia Restrepo, rectora del CESA, y Wilson Mantilla, vicerrector para el estudiante del Politécnico Gran Colombiano, hablaron del tema en el panel.

Y una de las conclusiones derivadas del mismo es que parte de esta revolución debe estar dada por tres elementos: nuevos programas, nuevas pedagogías, y escenarios de aprendizaje teórico-prácticos para potenciar competencias.

Programas de pertinencia, entendida esta no solo como el talento y las competencias de profesionales que las empresas requieren para cubrir sus necesidades, sino también el que es aplicable según los entornos en las cuales esa formación puede aportar.

Planes de estudios y currículos que reflejen un aprendizaje focalizado. Esto tiene que ver con la manera como cada uno puede aprender, y a su vez con cómo esos aprendizajes pueden aportar en sus ambientes particulares. En otras palabras, planes y currículos que desarrollen las vocaciones regionales, y que son consistentes tanto con los recursos locales, como con las necesidades. Es llevar la educación donde y como se necesita.

La flexibilidad, con programas en línea, modularizados, hecho a la medida -al ritmo de quien lo toma- fomenta la inclusión porque tiene en cuenta las particularidades de cada persona, asociadas con obstáculos como carga laboral, cuidado de terceros, geografía.

Según el vicerrector Mantilla, en una evaluación sobre factores que alejan para realizar estudios, el cuidado de hijos en el hogar es uno de ellos. Una tercera parte de las mujeres consultadas (35%) se identificaba con esta realidad.

Pero si bien este aspecto consolida la idea sobre las buenas oportunidades que puede brindar una educación en línea, sugiere también algo más relevante: la obligación de abordar con celeridad el tema de las nuevas masculinidades, que hagan equitativas actividades y responsabilidades principalmente en el ámbito doméstico, quizás el primer aspecto a intervenir pues es el núcleo donde se generan y perpetúan las desigualdades sociales.

“No se pueden crear conexiones que inspiren si hay brechas de todo tipo. Es allí donde debemos volcar esfuerzos para avanzar rápido en diversidad, equidad e inclusión como condición previa a modelos sostenibles”, dijo en un panel previo en She is Juan Emilio Posada, CEO de ISA.

La docencia y los ambientes de aprendizaje

El papel de los docentes es trascendental. Es imprescindible que tengan una apertura al uso de herramientas tecnológicas que habiliten formas de enseñar-aprender, pero más relevante -destacaron los panelistas en su charla- que sean capaces de inspirar y motivar.

Una de la buenas prácticas, subrayada por la rectora del CESA, es el caso de una docencia que está en el día a día de las empresas (el 76%). Para el caso de una escuela de negocios, acercar esas vivencias y conocimientos a los estudiantes es otro punto que ayuda a marcar línea para esa revolución en lo que se refiere a una educación empresarial.

De otro lado, configurar ambientes de aprendizaje que combinen la teoría y su aplicación promueve la resolución de retos o problemas con experiencias directas, las cuales vuelven más profundo y significativo el aprendizaje.