Design: the new business
Por: María Ximena Santos*
El diseño y los negocios no pueden ser concebidos más como actividades distintas con objetivos individuales. Los diseñadores y hombres de negocios están trabajando juntos bajo nuevos esquemas para resolver los problemas que actualmente afectan a los negocios.
El mundo cada día parece volverse más complejo: la sobrepoblación, la seguridad ambiental, la deficiencia en el sistema financiero. Nos enfrentamos a un nuevo paradigma y hay que adaptarse y rediseñarse constantemente a los cambios del entorno.
Según Arno Walterman de In10, hay un gran cambio entre el poder de las marcas y el poder de las personas. Hoy, las personas hacen sus propias historias, las desarrollan y las publican. En este momento ellas tienen el control. Las personas ya no se conectan con simples productos o marcas, sino con verdaderas experiencias. El enfoque centrado en las personas es imprescindible para entender al ser humano en su complejidad y así poder construir un mundo mejor.
El diseño direccionará los negocios. Empieza a cobrar protagonismo en el espacio entre marketing y ventas, pues utiliza la información que arroja el mercado para representar estilos de vida y generar conexión entre las marcas y el sentir de las personas, conociendo lo que las personas quieren, lo que piensan y sienten. Es así como el diseño se vuelve una razón de ser y de integrarse a los negocios de una manera más protagónica.
Es indispensable saber interpretar el entorno para poder adaptar los negocios a los rápidos cambios de los mercados y propiciar el terreno para el desarrollo de productos y servicios cuyo centro es el ser humano, en toda su complejidad.
Lo anterior permite encontrar las oportunidades y definir los problemas a ser resueltos, lo que lleva a hablar de ecosistemas de negocios y estrategias innovadoras con una incidencia positiva en la práctica empresarial.
Las empresas que actualmente aplican estos conceptos, indiscutiblemente adaptan sus estrategias a las necesidades de sus usuarios o clientes. Han comprendido la importancia de la innovación en un mundo cambiante, que viaja a la velocidad de Internet, y en el que los clientes tienen el poder. Con estos conceptos las empresas pueden acelerar los procesos de innovación, adaptando sus estrategias a las necesidades de usuarios o clientes; y más que adaptarse, están creando nuevas realidades.
De igual manera, estas empresas cambian sus sistemas internos a modelos más pragmáticos y colaborativos.
Pensar como diseñador y desarrollar esta sensibilidad y empatía no es algo de momento. Hay que vivirlo para entenderla. De ahí la importancia de involucrar el diseño en la esencia de los negocios.
*MA. Coaching Directivo. Conferencista Formación Ejecutiva CESA