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Formación en emprendimiento aumenta probabilidades de éxito

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29 Sep 2021

Desde hace aproximadamente 15 años se viene hablando insistentemente sobre emprendimiento en América Latina.

Y mucho de lo que se ha tratado entorno al tema está asociado a fórmulas para atacar una de las mayores problemáticas de la región, el desempleo, que en Colombia ronda el 14 %.

El docente Alejandro Gómez Cano, de la Maestría de Emprendimiento e Innovación del CESA, analiza qué hay detrás de la formación en emprendimiento y cómo incide en el éxito de los negocios.

El emprendimiento se puede aprender

Ya hay conocidos estudios internacionales (Joshi, Apoorva & Shukla, 2015) que dan cuenta que una formación en la materia traslada tasas de fracaso de un 78%, a tasas de éxito superiores al 80% en la constitución de un emprendimiento.

También, que quienes apuestan por dicha formación tienen una disposición tres veces mayor a crear sus propios negocios, reza un estudio europeo (Charney & Libecap). Por tanto, el emprendimiento se puede aprender.

Si bien es cierto el emprendimiento puede ser factor de empleabilidad, aporta a la economía donde se desarrolla y dinamiza el comercio de su entorno, no es la estrategia incuestionable y segura para desarrollar más empleo.

Habilidades de un emprendedor o actitudes empresariales

Quienes vienen tratando el tema coinciden en que el emprendimiento hoy debe pensarse como un abanico de actitudes empresariales ante la vida que debe tener una persona. Por lógica, la definición de emprendedora o emprendedor también cambia.

(Vea: No facturar o cuando un emprendimiento se vuelve un hobby)

Así lo conceptúa el ingeniero, magíster en Antropología y docente de la Maestría en Emprendimiento e Innovación del CESA Alejandro Gómez Cano. Sostiene que una persona emprendedora puede ser aquella que incluso, con ciertas actitudes empresariales, puede desempeñarse en ámbitos académicos, corporativos o de dirección de empresas, y no necesariamente crear un negocio.

Claramente el liderazgo, la comunicación efectiva, la empatía (sin esta es muy difícil identificar oportunidades en el mercado), la obsesión constante por estar buscando cómo solucionar problemas; la autocrítica (pues un auténtico emprendedor debe ser el primero en matar su propio producto para dar paso a nuevas posibilidades), son algunas de las habilidades de un emprendedor.

Para Gómez Cano, de marcos como este surgen algunas otras manifestaciones emprendedoras como lo son el emprendimiento corporativo y el intraemprendimiento.

Pero si se asocia con la corriente más fuerte y tradicional; es decir, con la creación de empresa o negocios, los emprendedores deben ser visto como “aquellas personas capaces de identificar una necesidad latente que tiene el mercado, y crean y construyen soluciones altamente innovadoras y con gran potencial de escalabilidad, para poder llegar no solo a esa población específica, sino también a mercados globales con dichas soluciones”, afirma.

Pero, ¿y qué son soluciones altamente innovadoras?

El componente innovador no se refiere exclusivamente a la invención de un producto que no haya existido. De hecho, estudios han constatado que el retorno de valor en innovación de productos no es tan alto como sí ocurre con otros aspectos.

(Le invitamos a leer: Innovación frugal, una filosofía para innovar en los mercados).

La innovación puede darse –por ejemplo- en el modelo de negocio; o –en alguna parte de este- en la forma de acercarse a los consumidor a través de los canales existentes, o en la estrategia de precios, las alianzas realizadas, entre otras aristas.

Intraemprendimiento, tan solo un capítulo más del emprendimiento corporativo

Muy a menudo se considera que el intraemprendimiento y el emprendimiento corporativo son lo mismo. No obstante, son distintos. En realidad, el intraemprendimiento está incluido dentro del emprendimiento corporativo.

El intraemprendimiento es concebido como el fomento del emprendimiento que hacen las organizaciones entre sus colaboradores o empleados.

El emprendimiento corporativo, en cambio, abarca esta y otras formas posibles en las que una empresa grande puede hacer manifestaciones de emprendimiento:

  • Configuración de sus propias aceleradoras corporativas
  • Programas de innovación abierta para que terceros hallen soluciones
  • Convertir a proveedores en emprendedores
  • Invertir en emprendedores
  • Adquisición o compra de emprendimientos
  • Intraemprendimiento

Próxima entrega: las fases del emprendimiento.