Integrando la dimensión pública y política a la educación empresarial
Es difícil pensar en una educación empresarial, aquella destinada para hacer empresa, si detrás de ella no hay una formación para contar con una mentalidad emprendedora, adicional a la ya sabida preparación técnica: los mínimos en las ciencias administrativas y económicas para desenvolverse en la gestión de empresas, lo que es una obviedad.
Pero más difícil es, por no decir imposible, si detrás de ella no está lo público, la estructura del Estado. Después de todo, el Estado es una gran empresa que hay que trabajarla y mantenerla como cualquier otra, con indicadores, con procedimientos, con procesos; sólo que con matices distintos por su impacto.
Los que son conocedores del tema de la gobernanza, solo por citar un ejemplo, coinciden en que el gobierno corporativo en el sector público es mucho más rígido que en el privado.
Por eso las discusiones asociadas a lo público siempre tienen lugar en el CESA. Su último capítulo, la trascendencia de lo público y la política en el ámbito empresarial, estuvo en el centro de la discusión con el senador David Luna y estudiantes de la asignatura de Visitas y Prácticas (V&P), del CESA.
Y es que es un matrimonio indisoluble. De un lado, está el tejido empresarial como gran fuente de riqueza si este es consistente. Del otro, el Estado como garante de las reglas de juego.
Muy a menudo se dice: “el mercado hasta donde sea posible, el Estado hasta donde sea necesario”. Ambos coexisten, por lo que las reflexiones en relación con sus vasos comunicantes siempre serán necesarias. Y de ello trató la última clase de V&P.
Una ventaja competitiva
Si conocer las dinámicas de los mercados es un imperativo para cualquiera que se forme en Administración, conocer la relación de la industria de la empresa con el Estado lo es mucho más.
Es una cuestión de estructura que, cuando se interioriza, termina en ventajas competitivas. En el ámbito corporativo se están desarrollando dinámicas que están acercando a los CEO de las organizaciones con los gobiernos, con la política. Esto tiene su asidero en que el mundo es cada vez más globalizado, lo que supone una estrechez en los mercados, aún si se trata de economías geopolíticamente distantes. Países como Estados Unidos y Corea del Sur, cuando se habla de fabricación de computadoras y de chips (la nación asiática es la primera productora de estos elementos), son uno de los tantos ejemplos de ello.
Ello podría explicar, de alguna, cómo está mutado la función de los CFO, y las nuevas habilidades que necesitan, ante el relacionamiento cada vez más importante de los principales líderes, los CEO o presidentes de las empresas, con ese mundo más allá de las paredes corporativas.
Ciertamente, anotó el senador David Luna, “las relaciones con el Estado son la forma del nuevo empresariado”.
Tres aspectos para gobernar, para administrar
Lo público, con sus políticas, se hace para beneficiar a la mayoría, por lo que contar con dicho entendimiento es ampliar la perspectiva empresarial, que deja señales sobre cómo moverse. Es saber no sólo qué hace el Estado, sino además para qué lo hace y sus alcances. Quienes se forman en administración no pueden ser ajenos a ello.
Dentro de las múltiples reflexiones que trascendieron, está el imponderable valor que desde lo público se da al sentido de servicio. Este recae sobre las personas que en últimas son los mismos consumidores que demandan cualquiera de los productos o servicio que entrega la empresa privada. En suma, el sentido de servicio es siempre anteponer las necesidades de los consumidores.
A ello se suman tres aspectos que no son ajenos al mundo empresarial y que, como lo resaltó Luna, son más comunes y una constante en la esfera política. Sólo se es capaz de gobernar con el equipo, con agenda y –por supuesto- con presupuesto.
El equipo
Seres humanos dotados de ética y profesionalmente bien preparados, al punto de que sus líderes tengan la posibilidad de delegar, clave para administrar, sobre todo cuanto mayor es una organización.
Se gobierna (se administra) con la agenda
Cada reunión, cada anuncio, cada decisión tiene un trasfondo, que es el de jerarquizar lo que se debe ejecutar. De hecho, una de las aristas sobre lo que tiene el liderazgo s navegar con estrategia y gestionar prioridades.
El presupuesto
De acuerdo al disponible, es lo que permite generar mayor o menor interacción con determinado objetivo.