Liderazgo femenino para una nueva agenda de desarrollo social y de los negocios
19 May 2022
Consciente de la importancia de desarrollar el mayor potencial de las mujeres para ejercer el liderazgo en las instancias de decisión de las organizaciones, el CESA configuró un robusto plan formativo para que diversas empresas del país desarrollen nuevas agendas para la consecución de este fin.
Por qué un liderazgo femenino
La pertinencia de una nueva agenda tiene su justificación en por lo menos dos aspectos.
El primero, la necesidad de composición de equipos más diversos, en múltiples sentidos, para potenciar a las organizaciones a partir de diferencias, nuevas perspectivas y nuevos paradigmas de dirección.
Y el segundo, la influencia de las mujeres en las decisiones de consumo, proceso que tiene un alto impacto en los indicadores de la economía.
En efecto, a las oportunidades que ofrece la variedad de puntos de vista, se suma el hecho que, según cifras del Banco Mundial, el 70 % del consumo lo determinan ellas.
Dado que este tiene origen en la oferta empresarial, el papel de las mujeres no puede estar supeditado exclusivamente a la operación de la empresa, sino también a su rumbo estratégico. Así, hay una necesidad manifiesta de una mayor participación de las mujeres en las decisiones del ámbito de los negocios de todo el mundo.
Bajo este contexto, desde el año anterior el CESA viene haciendo este acompañamiento a varias organizaciones colombianas para nuevos planes de desarrollo a partir de la equidad, la diversidad y la inclusión.
Entre las organizaciones con las que el CESA viene trabajando figuran Nutresa, Afidro, Grupo Argos, Mastercard, BanRepública, Ocensa y Afidro. Y este año se avanza con algunas otras para vincularse con este proyecto.
Amar-Te
El trabajo que ha venido realizado el CESA con estas empresas se basa en dos pilares.
El primero, la reflexión sobre la persona: lo que las mujeres deben hacer hoy y en el mediano plazo y largo plazo (5 años) para potenciar sus capacidades y ejercer el liderazgo.
Para ello, puso en marcha el proyecto Amar-Te, escenario de reflexiones y actividades que explora las implicaciones de la ruptura o no del llamado techo de cristal, así como las barreras, muchas de ellas propias, que lo impiden.
(Lea El autoconocimiento: componente para afianzar un liderazgo transformador)
El segundo, un inventario de propuestas robusto para la práctica de una visión de futuro no solo para las mujeres sino para la sociedad.
Componentes para consolidar la nueva agenda
De este surtido de propuestas, que vienen siendo foco de discusión del CESA con las compañías, figuran:
- Políticas en las empresas para la prevención y atención del acoso sexual en el trabajo.
- Participación del género y la diversidad en los modelos de estructura organizacional.
- Generación de metas con propósito para romper tasas e indicadores de participación de género entre hombres y mujeres en soluciones de impacto a nivel directivo.
- Desarrollo de habilidades blandas y planes de carrera.
- Estrategias para la construcción de una cultura del reconocimiento del tema.
- Calidad de vida bajo las prácticas de teletrabajo (una de las mayores herencias dejadas por la pandemia).
- Nuevas masculinidades y modelos de economía del cuidado compartida.
- Y algunas otras propias de la naturaleza de la vida organizacional según la actividad y el sector económico. Economía del cuidado
La economía del cuidado es uno de los aspectos de especial atención, pues está asociado a ese costo oculto del trabajo de la mujer que le da una inequívoca conexión y dependencia al cuidado de la estructura cotidiana del hogar: cocinar, cuidar hijos, atender tareas, atender adultos mayores, proteger a los adolescentes, manejar la dinámica doméstica.
Según Marta Lucía Restrepo Torres, docente investigadora del CESA, la líder del proyecto Amar-Te, hay investigaciones que dan cuenta de un crecimiento del PIB si a las mujeres se les reconocieran económicamente estas dos jornadas adicionales, sin hablar de la tercera jornada que ha surgido como efecto de la pandemia.
Sin embargo, este tipo de esquema se entronizó y se dio por aceptado, esencialmente porque las mujeres -desde niñas- han sido formadas para ello. “Ahora es el momento de romper paradigmas, repensar el rol de la mitad de la humanidad que es femenina en el proceso económico, político, directivo y social. Es fundamental construir espacios de equidad y encuentro entre lo diverso”, expresó la docente.
Es a través de estos componentes que el CESA está acompañando a las empresas en la formación de sus colaboradores, para que hagan de sus resultados una experiencia viva de esa nueva agenda. Más que una tendencia, una necesidad.