Los CEO frente al desafío de un mundo transformado por la IA y otras macrotendencias
En la actualidad, un conjunto de macrotendencias están teniendo un impacto sin precedentes en todo el mundo, hecho que sin duda obliga al C-Level de las organizaciones, especialmente a sus directores ejecutivos o CEOs, a revisar sus estrategias corporativas.
Más allá de la conocida influencia de las tecnologías emergentes, con la Inteligencia Artificial (IA) a la cabeza, otras fuerzas como la transición energética y los cambios demográficos están moldeando el entorno empresarial.
En cuanto a la IA, las empresas deben analizar su impacto desde dos puntos de vista. El primero, cómo está impactando la economía y los mercados. Cómo transforma la estructura de empleo la economía, de qué forma la IA puede generar más crecimiento económico, cómo cambia los hábitos de los consumidores.
El segundo es desde el punto de vista de las empresas, donde se debe pensar cuáles son los mecanismos para que la IA genere más eficiencias y más productividad. Y esto no necesariamente automatizando procesos, o reemplazando personas, sino más bien aumentando la complementariedad de las tareas que realizan las personas a través de las aplicaciones de IA.
Los CEO y dos preguntas claves que se deben formular
Es importante que los CEO entiendan qué tipo de transformación se está produciendo, y cómo las macrotendencias modifican los hábitos del consumidor, porque eso implica reconfiguraciones en toda la estrategia.
Como es bien sabido, los CEO están llamados a guiar la transformación de sus organizaciones. Después de todo, quienes fungen como CEOs tienen el ropaje de líderes, lo que los obliga a propiciar los cambios y a priorizar, lo que en últimas es la labor tras un liderazgo.
Aunque no tanto como otras personalidades del C-level, como ocurre con los CFO, los CEO no están exentos de gestionar burocracias de vez en cuando, e incluso minicrisis, que están a la orden del día como un menú a la carta. Pero si de la estrategia corporativa se trata, deben empezar a replantearse muchas cosas.
Tradicionalmente, el valor de la acción tenía que ver con descontar los flujos futuros de la ganancia esperada de la empresa. Hoy el valor de la empresa tiene que ver con otro tipo de cosas: la percepción social, la forma como se manejan los datos, se relaciona con la forma como el consumidor percibe cómo la empresa está aportando en lo social.
Para el profesor de Estrategia Corporativa del MBA del CESA y del IAE de Argentina, la escuela de negocios de la Universidad Austral, Lucas Pussetto, los CEO deben formularse por lo menos dos interrogantes.
Una primera pregunta es qué es lo que más van a valorar los consumidores, la sociedad en general, o -dicho de otro modo- durante los próximos 10 años, ¿de qué va a depender el valor de sus compañías?
La segunda, “¿cuál debería ser la composición de mi portafolio de productos más conveniente?”
El impacto de los asuntos globales en las empresas
Según el profesor Pussetto, hoy, no obstante, las organizaciones se enfrentan a una paradoja por cuenta de esas megatendencias -de las cuales se profundiza en el MBA- y muy particularmente de la IA.
“Estamos en un momento en el cual es muy difícil y muy complejo proyectar el corto plazo, pero a la vez es relativamente simple proyectar el largo plazo porque sabemos bastante bien para dónde va la IA, sabemos bastante bien para dónde van las tendencias demográficas, conocemos bastante bien la velocidad que está tomando la transición energética a raíz del Cambio Climático”, entre otras variables.
La IA, dice Pussetto, puede ser una herramienta para tratar de planificar mejor, y quizás para procurar asignar probabilidades más certeras a los escenarios.
En términos de globalización, hay también algunas paradojas que deben saber gestionar los directores ejecutivos.
Da la impresión de que las grandes economías, los países más desarrollados, estuvieran en una cruzada por cerrarse un poco, muy a pesar de que el paradigma es el de la apertura por cuenta de la hiperconectividad en el más amplio de los sentidos: más movilidad de bienes, de servicios, de capitales, de información, de tecnología, de comunicación, y hasta de talento.
Y al mismo tiempo, reflexiona este profesor con estudios posgraduales en Economía, se ha llegado al punto de preguntarse 'qué va a pasar con el nivel de globalización o el nivel de integración económica, tal como se ha conocido hasta ahora'. Y es que el mundo se fue globalizando aceleradamente durante las últimas décadas. Pero cuando se hace doble clic a los números, dice, la gran crisis financiera supuso un gran freno a la integración económica, a la globalización.
En este sentido, para los directores corporativos es imperativo entender los nuevos roles geopolíticos. China, aunque sigue siendo una potencia económica, muestra signos de desaceleración. India, ahora el país más poblado del planeta, enfrenta desafíos demográficos significativos hacia 2050 que supondrán patrones de consumo imprevisibles, y las tensiones políticas en África Oriental, con guerras civiles de por medio y territorios que quieren ser nuevos Estados, añaden otra capa de incertidumbre por el impacto socioeconómico que pueden tener más allá de las fronteras geográficas.
Actualmente, los gobiernos reconocen la IA como una tecnología de propósito general, lo que ha desatado una carrera tecnológica frenética. Así las cosas, estos factores deben ser considerados cuidadosamente por los estrategas corporativos.
En resumen, los CEOs de hoy enfrentan el reto de adaptar sus estrategias corporativas a un mundo en transformación, liderado por macrotendencias como la IA, la transición energética y los cambios demográficos. Comprender el impacto de estas tendencias y formular preguntas clave sobre el futuro valor de la empresa y la composición del portafolio de productos será esencial para navegar en entornos cada vez más desafiantes. Sólo así podrán guiar efectivamente a sus organizaciones hacia el éxito imaginado.