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El caso de los huerteros urbanos: una revolución de sus mentalidades y economías

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30 May 2024

Con el fin del semestre llegó también a su cierre el programa de acompañamiento a huerteros, en su cuarta versión, con unas cifras a destacar y, aún más relevante, un cambio de mentalidad que empieza a cambiar la vida de estas personas y sus familias.

En efecto, el programa se enmarca dentro de una iniciativa del Jardín Botánico José Celestino Mutis (JBJCM), y el acompañamiento instituciones universitarias como la Javeriana, Clarke University, el CESA, con el fin de promover la creación de huertas que favorezcan la sostenibilidad y las economías de agricultores en la ciudad. Esto, a partir de talleres de formación en emprendimiento a técnicos del JBJCM, para que a su vez puedan impartir conocimientos claves que beneficien a los huerteros.

Más de 336 técnicos capacitados, más de 120 huerteros urbanos impactados, y la participación de cerca de 1.100 estudiantes de distintos semestres y disciplinas, que acompañaron a los huerteros en algunos de los desafíos asociados a los negocios como lo son la construcción de marca, conocimiento de mercados, modelos de negocios sostenibles, comercialización, entre otros temas del ámbito.

Un cambio de mentalidad

Pero más allá de las cifras y tras cuatro versiones, uno de los aspectos más importantes del proceso es cómo este empieza a impactar en la cultura de cientos de familias.

En efecto, la dinámica ha permitido que muchas de estas personas hayan pasado de no tener la menor idea ni interés de hacer un emprendimiento, a verse motivadas a producir no sólo para el autoconsumo, sino también a enfocarse en negocios que les dejen utilidades.

Y esto es sustancial porque las ha alentado a insertarse en la formalidad y en hacer esfuerzos para integrarse en algún ecosistema, lo que les permite desarrollar su mentalidad de crecimiento y expandirse económicamente. Como lo explicó Alberto Mogollón, asesor del Programa de Agricultura Urbana del Jardín Botánico, “ha habido un cambio de mentalidad que los ha hecho llegar a mercados campesinos con productos base, y a mercados alternativos con excedentes -que han aprendido a explotar- de esos mismos productos”.

Bajo el modelo DYME, una de las varias metodologías existentes detrás del emprendimiento, y que es la que se ha usado en este contexto, se ha configurado ese cambio por cuenta de por lo menos tres tipos de posibilidades de negocios que los ahora emprendedores han advertido.

Impulsada por el profesor de Clarke John Dobson, a través de DYME (Desarrollando tu Modelo de Emprendimiento, por sus siglas en inglés) cada persona -en este caso los agricultores- desarrolla sus ideas y las va contrastando con experiencias reales en busca de resultados concretos. Los procesos de iteración implican pequeños pasos semanales para avanzar en el negocio, buscando ganancias rápidas, e incluso riesgos tempranos para ahorrar tiempo y recursos. En un semestre, con 7 a 10 iteraciones, se logran cambios profundos y una mayor autoeficacia en los negocios.

Visualizando oportunidades

Bajo esta estructura, los emprendedores han proyectado las siguientes tres oportunidades: de mercado (con la presencia de huerteros en ferias), de logística (la distribución entre ellos mismos -donde familiares y amigos se han dedicado exclusivamente a transportar y a hacer llegar los productos a su destino), y de servicio (algunos que se han dedicado a transformar jardines en huertas, o en cómo crear viveros de plantas comestibles).

Se sabe que hay multiplicad de metodologías y, de hecho, su éxito ha estado más que comprobado. Pero esas comprobaciones también reflejan que algunas hacen mejor match que otras dependiendo de la naturaleza del negocio. Algunas, entonces, resultan eficaces para cosas grandes o escalables, como pasa -entre otros- con modelos de negocio de base tecnológica.

DYME desarrolla aceleradamente el pensamiento sistémico (facilita el ensamblaje de las partes para el todo), es simple (la gente sabe hacer negocios), las técnicas desarrolladas van a más y ayuda a generar el liderazgo del servicio. Por eso DYME se ajusta más a las realidades de los pequeños agricultores.

Desde un punto de vista más general, un panorama así compuesto llama a muchos a sentirse cómodos con la idea de levantarse una mañana, mirar hacia el jardín, y poner bajo la mira algunas plantas y sus frutos para preparar alguna receta.

En el CESA, particularmente desde la asignatura de Principios de Mercadeo, la profesora y docente de investigación Andreína Moros Ochoa está implementando esta metodología (DYMME) para el proceso detrás del mercadeo.