El gobierno corporativo existe cuando se pone a prueba
19 Abr 2024
Por cuenta del inevitable cruce entre del mundo empresarial con lo tecnológico, las juntas directivas están frente a un conjunto de desafíos sin precedentes. Los de hacer de sus empresas organizaciones sustentables, su rol y capacidades dentro de las empresas de acelerado crecimiento o startups, cuyos fundadores sienten -en ocasiones- que con gobernanza van con freno de mano; cómo sus organizaciones se vuelven más ciberseguras y resilientes ante los ciberdelitos, la adopción responsable de la Inteligencia Artificial (IA), la gobernanza en las instituciones de educación, que son actores en un sector que experimenta disrupciones profundas.
Para quienes han abordado a profundidad el tema de la gobernanza, el gobierno corporativo existe cuando se pone a prueba.
Y están siendo precisamente estos temas los que lo están poniendo a prueba, y por ello fueron foco de discusión y análisis en desarrollo del Foro anual de Gobierno Corporativo, en su versión número 7, llevado a cabo el pasado miércoles.
Como era casi que previsible, y casi una obligación, el gobierno corporativo ante los riesgos tecnológicos y lo que está ocurriendo con la IA, se constituyó en uno de los temas de primer orden. Y es que si hay algo que se ha puesto al descubierto con la adopción de nuevas tecnologías es el pulso entre el desarrollo y la innovación -con sus ventajas competitivas adyacentes- con la seguridad.
Microsoft, la gran empresa detrás de OpenIA, la creadora del popular ChatGPT, analiza 67 trillones de señales diarias de intrusión en los sistemas para proteger a sus usuarios. Es lo que hay tras el objetivo de evitar el phishing, mecanismo por el que ocurren 9 de cada 10 vulneraciones a los sistemas informáticos de las personas, y que es ventana para fraudes y estafas.
Así lo reveló Jimena Mora, asesora corporativa senior de Microsoft, quien admite que si bien los miembros de junta no tienen necesariamente porqué ser expertos en tecnología, sí deben interiorizar mucho más cómo funcionan muchas de ellas, entre estas la IA, sus dinámicas, alcances, y cómo ser seguros con ellas y sacarle el mejor provecho.
Por otro lado, los mil principales líderes de IT mundiales, reseñados por Fortune, destacaron que sus mayores preocupaciones están asociadas a las implicaciones de este tema (seguridad) y los asuntos morales sobre su uso.
Citando la publicación, la panelista Ester Montoya van Egerschot, experta en gobernanza para la IA y profesora de la Javeriana, explicó que la mitad de estos directores están preocupados por los riesgos reputacionales, y el 42%, por la ética.
Pero al mismo tiempo “el caso de negocio parece ser bastante claro”. En un estudio de la consultora y auditora PWC, citado también por esta experta, da cuenta que se estima un aumento en 1,7 billones de dólares en el PIB mundial en 2030, por cuenta de la adopción por las empresas de la IA en sus negocios. Por otro lado, según EY, el 4% de los líderes de las más grandes corporaciones del mundo cree que la gobernanza de la IA va a incidir en un mayor retorno de la inversión para los accionistas.
Por todo lo anterior es que las juntas directivas recobran enorme protagonismo. Lo primero es que las juntas no deben ver las tecnologías como una amenaza y, al mismo tiempo, deben tener claro que es imprescindible crear una cultura que reconozca su uso como una ayuda. Hay que adoptarla, pero teniendo claro que “es un gran componente que no va a decidir por nosotros, y que si no se piensa así nos va a costar dinero, vidas y problemas con el Cambio Climático”, sentenció Erez Zaionce, CEO del Centro para la Cuarta Revolución Industrial, C4IR Colombia.
“Cuando se trata del uso de nuevas tecnologías, incluido el tema de la IA, la importancia de la gobernanza reside es en saber cómo canalizar la energía de los equipos de trabajo para hacerlos productivos con ellas", explicó Pablo Arboleda, VP de Analítica de Bancolombia. Y conceptuó que el genuino negocio del área es analizar datos para tomar decisiones que brinden valor a los usuarios.
Una de las más importantes conclusiones que trascendieron en el panel sobre el tema es que, como se están presentando las cosas, las juntas deban sesionar algo más de lo común, y sacar tiempo exclusivo a promover discusiones centradas en el uso estratégico de la IA, porque hacia donde deben ir las empresas es a descifrar cómo usarla para seguir siendo relevantes en muy pocos años, probablemente menos de 5.
Por tanto, todo indica que “las empresas que adopten ahora proactivamente prácticas responsables (con AI) pueden esperar no sólo mitigar los riesgos, sino además mejorar la calidad de sus productos, el compromiso con sus clientes, y mejores posiciones para invertir de manera sostenible”, aseveró Ester Montoya.
Un sector en disrupción que necesita confianza y transparencia
Sin duda el papel de las Instituciones de Educación Superior es trascendental. Son uno de los principales dinamizadores de la cultura, así como de la innovación vía investigación y ciencia.
Una mirada global da cuenta que se trata de un sector que mueve al año 16 billones de dólares en todo el mundo.
Actualmente, no sólo por la irrupción fuerte de la IA y otras disrupciones tecnológicas, sino además por otros factores, como los demográficos, la Educación es uno de los sectores con mayores transformaciones y, al mismo tiempo, incertidumbres.
En efecto, entre 2010 y 2014, el sistema de la educación superior privada en el país mostraba tasas de crecimiento anuales que rondaban el 7%. Pero entre 2018 y 2022, el crecimiento anual, con medición en las misma instituciones, fue de apenas 0,4%.
A ello se suma el gran impacto del factor demográfico. Las personas tienen menos hijos y, por tanto, menos jóvenes están llegando al sistema educativo.
Y por otro lado, la entrada al juego educativo de las EdTech está cambiando por completo las formas como las personas aprenden.
Es bajo este contexto en el que las IES están tratando de hallar fórmulas para mutar y seguir siendo pertinentes.
Y las buenas prácticas de gobierno en ellas son, trascendió en el foro, uno de los tres factores que determinan la excelencia y condición de “talla mundial” que puedan tener las IES. Los otros dos son el talento y los recursos, estos últimos de todo orden: pedagógicos, de infraestructura, tecnológicos y financieros.
En palabras de José Manuel Restrepo, exrector del CESA, del Rosario y hoy rector de la universidad EIA (Medellín), la incertidumbre se combate con confianza, componente esencial dentro de las buenas prácticas de la gobernanza porque se constituye desde la transparencia.