Las claves para una cultura de datos, esencial para las empresas data driven

Las claves para una cultura de datos, esencial para las empresas data driven

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Hace apenas un par de meses, en una de las entregas de #CESATalks, los profesores Ricardo Dicarlo y Nicolás Gómez Osorio hicieron una importante aproximación al tema de las empresas data driven, y discutieron muchas de sus implicaciones. No era para menos.

Con los volúmenes de datos que a cada nada se generan, resultantes de cada evento e incluso actividades humanas, las organizaciones no pueden ser ajenas a las ventajas competitivas que puedan sacar de los mismos capitalizando su uso.

Empresas data driven

Ya varios consultores y académicos han coincidido desde hace tiempo en que, muy a pesar de una gran preparación o formación, esto no es suficiente para la toma de decisiones en la era actual.

Stephen Denning, quien fuera director del programa de gestión de conocimiento en el Banco Mundial, afirmaba que “los buenos argumentos de negocios descansan en el uso de los números”. No es lo único que pueden hacer las empresas hoy con los datos, entre otras porque no sólo los números son datos. Otro tipo de codificaciones como audios, imágenes, entre otras lo son. Pero es un hecho que al final del día las empresas viven es de sus negocios.

Y un nobel de Economía, el psicólogo israelí Daniel Kahneman, pudo dar buena cuenta que el conocimiento mediado por datos, por ejemplo, ayuda sustancialmente a los líderes a alejarse de las trampas de los sesgos, siempre a la orden del día para usarlos en las decisiones, pero muy a menudo alejados de la objetividad y de los principios básicos de la probabilidad por su naturaleza subjetiva.

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Ahora, la multiplicidad de estudios basados en hallazgos de encuestas, reafirman lo anterior.

Según NVP (NewVantage Partners), una filial de la francesa Wavestone, consultora estratégica y tecnológica que acompaña a organizaciones en sus desafíos de transformación digital, ciberseguridad, entre otros, no es accidental que el rol del Director de Datos (CDO, por sus siglas en inglés) se haya multiplicado por 7 en la última década, por lo menos en los EE.UU. Pasó del 12% en el 2012 al 82% en la actualidad.

Así las cosas, está claro que el mundo empresarial contemporáneo exige cada vez más organizaciones conducidas por los datos. La gran pregunta es, ¿qué habilita a las empresas a ser data driven?

Son varias las características para esto, pero detrás de ellas hay una palabra clave: cultura.

Empresas que interioricen para si mismas una cultura de datos son las que al final pueden conseguir aspirar a ser empresas data driven.

¿Qué es una cultura de datos?

Adel Nehme y Matt Crabtree, escritores y observadores sobre tendencias de datos desde DataCamp, una plataforma que enseña sobre ciencia de datos, definen la cultura de datos como un entorno que habilita que las decisiones, de todos los miembros de una organización, independiente de su cargo o función, puedan estar respaldadas por algo objetivo como los datos. Curiosidad, indagación y toma de decisiones son componentes de contar con una cultura de datos.

El hecho de que no importa el cargo es un asunto especialmente importante, porque no se trata de que cada miembro de una organización sea súper técnico, y mucho menos que deba ser científico de datos. Se trata, eso sí, que entiendan las lógicas, los alcances de trabajar con datos y, sobre todo, que se pueden generar resultados con ellos.

Entender esas lógicas, los alcances y lograr resultados, matriz para irradiar una cultura de datos en una organización, depende de por lo menos cuatro condiciones. Que las personas de una organización, que está en camino de convertirse en una empresa data driven, sepan leer, escribir, comunicar y razonar con datos.

4 componentes clave para navegar en esta cultura

Escribir datos

Es capturar y procesar información o utilizar datos sin procesar, que den paso a visualizaciones que la expliquen. Tener consciencia de la caracterización -o si se quiere- fisonomía de los datos (volumen, confiabilidad, usabilidad y cumplimiento) es trascendental en lo que significa preparar los datos, punto de partida para cualquier análisis.

Leer datos

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Se trata de ser capaz de comprender y dar sentido a los hallazgos basados ​​en datos y sus representaciones, que se pueden materializar en visualizaciones.

Ben Schneiderman, un estudioso de la informática, profesor de la U. de Maryland, y cuya línea de investigación durante años ha sido la interrelación entre los seres humanos y las máquinas, afirmaba que “las visualizaciones (de datos) te dan respuestas a preguntas que no sabías que tenías”.

Comunicar datos

No basta con tomar datos y hacerlos presentables. Si bien es cierto las imágenes por lo general son contundentes en la comunicación, y variables como el color, los tipos de gráficos -entre otras- no son un asunto menor, el quid del asunto está es en saber explicar los datos de una manera comprensible.

Muy a menudo, la multiplicidad de herramientas existentes crean un hechizo debido a la gran estética que brindan. Pero al final son solo eso: herramientas. Es imprescindible adquirir habilidades para narrar historias con datos, pues la visualización de datos y contar una historia no son lo mismo.

Desde fechas “inmemoriales” con Platón (“Los que cuentan las historias gobiernan la sociedad”), hasta nuestros días con el ejecutivo estadounidense y productor cinematográfico Peter Guber (logró convencer a Fidel Castro de grabar en la isla tras contarle una historia -la apasionante historia se puede leer en la biblioteca del CESA), los estudiosos del storytelling convergen en que contar historias es la mejor manera de educar, motivar e implicar a los demás.

Razonar con datos

Es tener la sensibilidad de extrapolar conocimientos de datos para elaborar estrategias. Y estas, en el mundo de los negocios, si no lo son todo, quizás sean casi todo.