Los bonos ambientales con los que el CESA compensa su huella de carbono
Con la adquisición en el mercado de 150 bonos ambientales, el CESA dio un paso para convertirse en institución con el rótulo de ‘carbono neutro’, aun con sus bajas emisiones de CO2 por su operación.
Estos bonos, que soportan un proyecto ambiental en Antioquia, hacen parte de la compensación voluntaria ambiental por la operación del CESA durante el año 2023, con impacto en dos dimensiones: las emisiones directas por su operación común, y algunas indirectas como la entrada en funcionamiento de equipos adquiridos, principalmente por consumo de electricidad. Estos son definidos como alcances uno y dos, respectivamente.
Las emisiones de gases de efecto invernadero del CESA se aproximaron a 150 toneladas de CO2 durante el año pasado, correspondientes a 43 directas y 106 por el consumo eléctrico.
Y muy a pesar de que la normatividad obliga a la declaración de emisiones cuando estas superan por miles las toneladas de CO2, dado que entra en los rangos de impacto, el CESA ha asumido el compromiso de la transparencia sobre sus emisiones de GEI, que con esas toneladas están muy por debajo de un 1 %.
"Estamos comprometidos con la implementación de acciones de mitigación para reducir nuestra huella, explorando opciones de eficiencia energética y transición a fuentes limpias", explicó Verónica Rico Bonilla, directora de Comunicaciones y Sostenibilidad del CESA.
Este es un primer paso de acciones tangibles para compensar la huella de carbono, cuyas mediciones trazan una importante línea de base para abordar, interpretar y tomar acciones frente a otro tipo de emisiones indirectas como las generadas por los desplazamientos de su comunidad académica (estudiantes, profesores y administrativos), desde y hacia el CESA. Esta tercera dimensión es el alcance tres.

Así, esas evaluaciones de esta dimensión del 2024 permitirán una actualizada hoja de ruta para seguir con los planes de sostenibilidad del CESA para aportar a contrarrestar el Cambio Climático.
En este sentido, el CESA es una institución carbono neutro para las dimensiones uno y dos; y empieza a trabajar con miras a obtener resultados favorables asociados al alcance tres.
Consecuencias de una ruta coherente en sostenibilidad
La medición de la huella de carbono en el CESA y la compra de bonos ambientales que se derivó, hacen parte de la ruta de sostenibilidad del CESA, que se inició en 2023.
El pasado 31 de mayo, con Portafolio Verde, que acompaña el proceso, se realizó un recorrido a través de todas las sedes de la institución en el barrio La Merced para lograr una primera identificación de aquellos factores que impactan -y cómo- en esta huella, principalmente los del consumo energético.
La medición de la huella de carbono en el sector educativo se incrementó hace 15 años, luego de que varias universidades en el mundo asumieran complementar los esfuerzos en materia de sostenibilidad, y que ya venían reflejando a través de sus reportes GRI.
En 2014 las universidades colombianas empezaron a tener más sensibilidad frente a este tema, e incluso iniciaron reportes bajo otros indicadores conocidos en el ámbito de la Educación, uno de ellos el Green Metric (2010), el más conocido porque evalúa la sostenibilidad de los campus universitarios. El CESA no quiere descartar ningún sensor de medición en sostenibilidad, por lo que también envió sus reportes a esta iniciativa.
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