Pertinencia, calidad y capacidad de reflexión, desafíos para la formación del talento en la regiones del país
18 Ago 2023
Una pertinencia en los programas, su calidad, e incentivar capacidades de reflexión hacen parte de los principales desafíos que tiene la educación sobre la formación del talento.
Así se concluyó durante el panel Educación y empleo, retos en las apropiaciones tecnológicas y nuevas habilidades, que tuvo ocasión ayer jueves durante el 8º Congreso Empresarial Colombiano de la ANDI, que se celebra en Cartagena, y en el que participaron la ministra de Educación, Aurora Vergara Figueroa; y tres de los rectores de las universidades de la Alianza 4U: Esteban Piedrahita, de Icesi; Adolfo Meisel, de Uninorte; y Claudia Restrepo, de EAFIT, junto al empresario Roberto Junguito, presidente de la Organización Corona.
Un llamado a la cobertura total
La ministra invitó a las universidades privadas para que acompañen al Gobierno Nacional en la visión de alcanzar una cobertura del 100 % de la educación superior en las regiones de Colombia.
“Los gobiernos van pasando. Las empresas y las instituciones de educación superior tienen un rol privilegiado: poder diseñar el futuro de cada región, de a quiénes van a formar, a quiénes van a emplear y qué problemas van a resolver. Les invitamos a que nos acompañen a garantizar que, sin sacrificar la calidad, poniendo en el centro la pertinencia, podamos soñar regiones con el 100 % de cobertura”, dijo la ministra.
La discusión del panel giró alrededor de la calidad y la pertinencia de la educación superior como una herramienta clave para las empresas a la hora de resolver los desafíos que enfrentan en una dinámica global de cambios acelerados.
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En este sentido, la rectora de EAFIT, Claudia Restrepo, hizo énfasis en los desafíos sobre cambio climático, las nuevas tendencias del trabajo, los retos de la democracia, entre otros.
“La pregunta detrás es: ¿cómo estamos preparando a las nuevas generaciones para que enfrenten esto? El nombre clave aquí es la calidad, pero no la calidad del siglo pasado que estaba basada en la estandarización porque hoy los estudiantes necesitan algo más parecido al algoritmo. Y universidades como las nuestras, que tienen un ADN muy cercano al mundo de las organizaciones, estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo por reconectarnos profundamente con las empresas y las organizaciones para ver estos desafíos de talento”.
Por su parte el rector de Uninorte, Adolfo Meisel, se refirió al fenómeno de la transición demográfica, que ya ha sucedido en países desarrollados y que ha empezado a evidenciarse en Colombia, en donde cada vez hay menos jóvenes para ingresar a las universidades, lo que representa un gran desafío para el crecimiento sostenible de estas instituciones que empezarán a tener una demanda estática.
“Nos tenemos que ajustar en esa transición y la clave está en invertir en el mejoramiento continuo de la calidad. Pero la transición es interesante porque en Colombia hay un grupo de gente muy grande que no accede a la educación universitaria, y el principal cuello de botella son los recursos; entonces también tenemos que trabajar para contar con programas más amplios de crédito educativo”, explicó Meisel. Y agregó que la educación universitaria en Colombia sigue siendo muy rentable para las personas y para la sociedad. “De eso se trata, de esa profunda transformación que en la vida de las personas produce poder tener acceso a una educación de buena calidad”.
El rector de Icesi, Esteban Piedrahita, se enfocó en el valor agregado que las universidades pueden ofrecerles a las empresas al formar profesionales idóneos. “Nos piden ser más prácticos, más cercanos al mercado, más rápidos, pero en este siglo y en lo que viene, el rol de las universidades también tiene que ser la reflexión, estar un poco menos especializada y formar para la multidisciplinariedad. Los problemas técnicos los va a ir resolviendo la Inteligencia Artificial, pero los problemas de la humanidad no. Hay muchas cosas que, al menos con las tecnologías que vemos, en diez años nos van a poder reemplazar, y hay ciertas cosas que yo espero que nunca se puedan reemplazar, y esas están en la universidad, como la capacidad de reflexionar, desde perspectivas diferentes, sobre los grandes problemas”.
Una universidad pertinente
Las dinámicas cambiantes del mundo empresarial imponen grandes retos para las universidades, responsables de entregar profesionales preparados para afrontar estas exigencias.
En el congreso de la ANDI, la rectora del CESA, Emilia Restrepo, destacó que uno de los principales desafíos para las universidades es asegurar la pertinencia y la adecuada preparación de los estudiantes, con lo que el sector productivo, tanto público como privado, están necesitando.
Pero quizás el reto más importante es “cómo abordamos toda la realidad de las necesidades latentes que tienen los individuos frente a la educación. Hoy la educación no puede ser algo exclusivo de pregrados y posgrados. La revolución industrial y el mundo digital nos puso sobre la mesa la necesidad de un aprendizaje continuo, lo que se conoce como formación a lo largo de la vida. Tenemos que acompañar a los individuos en esta formación, en este desarrollo de competencias a lo largo de su vida para poder seguir fomentando al sector empresarial y seguir apoyando de manera pertinente con las competencias y talentos requeridos”, indicó.
Acerca de la alianza 4U
La Alianza 4U está conformada por CESA, EAFIT, ICESI y UNINORTE, todas con un origen común: haber sido creadas por destacados empresarios comprometidos con la promoción de la educación, convencidos de su relevancia para el desarrollo económico y social del país.
La alianza busca compartir y cooperar, basados en valores fundamentales compartidos como lo son la defensa de la democracia, las libertades individuales y de empresa, y el respeto por la vida y la dignidad humana.
A través de la Alianza se suman esfuerzos para promover la excelencia universitaria y su función en la construcción de país; se fortalecen capacidades institucionales y ventajas competitivas de cada universidad para enfrentar retos y desafíos compartidos; complementarse en el desarrollo de las actividades sustantivas de la docencia, investigación y extensión; proponer nuevos programas académicos a la sociedad; y crear procesos de innovación educativa flexibles que contribuyan a la formación integral del capital humano y social.