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CFR: llave maestra del inversionista activo

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18 Ago 2022

En el Zeitgeist o espíritu de los tiempos, las reestructuraciones financieras, o si nos gustan los anglicismos, un Corporate Financial Restructuring, se han vuelto una de las herramientas más comunes de los inversionistas activos para intentar implementar o redireccionar diferentes tipos de estrategia financiera corporativa.

Reestructuración como estrategias de inversión

Según Best Capital, firma de consultoría experta en asesorar estas prácticas, existen tres tipos de reestructuraciones financieras en una empresa: proactivas, defensivas y de dificultades financieras o ‘distress’.

En la proactiva, lo que busca el equipo directivo de la empresa es preservar o aumentar el valor percibido de esta para sus accionistas. En la defensiva, el equipo directivo busca proteger a la compañía de adquisiciones hostiles por parte de terceros, que lo que persiguen es tomar el control de la entidad y cambiar al equipo directivo. En los casos de dificultades financieras –‘distress’ o peligro de bancarrota-, lo que se busca en minimizar pérdidas, volver nuevamente viable una entidad o hacer una liquidación ordenada resultante de ese escenario.

  • Maestría en Mercados Financieros El inversionista activo es aquel que invierte en una empresa con la intención de participar de forma proactiva en las decisiones.

La inversión activa no es algo nuevo, pero en los últimos años ha tomado cada vez más importancia por su estrecha relación con los fondos de capital privado, que en muchos casos se han vuelto el vehículo financiero más eficiente para canalizar este tipo de inversión.

Un ejemplo claro del impacto de la reestructuración financiera proactiva en un entorno de inversión activa es el de la compañía 3G Capital Management, donde las 3G significan Good Business (buenos negocios), Good Management (buena administración) and Good Price (buen precio). Esta firma ha intervenido en portafolios de empresas como Inbev (cervezas), Burger King (comida rápida), Heinz Kraft (alimentos), entre otras.

  • Conviértase en experto en gestionar portafolios de inversión A lo largo de su trayectoria, 3G se ha destacado por su obsesión hacia el costo, y que toda su planeación se hace a partir de presupuestos base cero para evitar redundancias y vicios del pasado. De esta manera garantiza utilidades sostenibles en el mediano y largo plazo, por medio de una estrategia de sostenibilidad financiera orientada hacia la eficiencia del costo.

El caso GEA – Gilinski

Los expertos en reestructuraciones financieras defensivas son generalmente los grandes grupos asiáticos, donde es muy difícil que los inversionistas activos puedan tener acceso al control necesario para implementar una estrategia de inversión activa.

El ejemplo más común es el Keiretsu o de los conglomerados japoneses, como es el grupo Mitsui que, mediante una estructura de propiedad compleja, donde todas las empresas dueñas tienen participaciones cruzadas, hace prácticamente imposible que un externo pueda obtener algún control significativo de cualquiera de las empresas miembros sin la aprobación explicita de las otras.

En el caso de Mitsui, algunas de las empresas insignias o muy cercanas al grupo son Panasonic, Toshiba, Sapporo, Sony. En total, si se toman las afiliaciones cruzadas, se estima que uno de los grandes Keiretsus japoneses, como Sumitomo o Mitsui, pueden alcanzar hasta más de 1.000 empresas indirectamente.

El Grupo Empresarial Antioqueño utilizó este tipo de estrategia por mucho tiempo para evitar inversionistas externos -como los Gilinski-. No obstante, fue la consolidación de varias empresas en pocas empresas lo que quizás está permitiendo hoy la toma de control por parte de estos.

La estrategia Elliot Management

Finalmente, está la reestructuración financiera orientada hacia las dificultades financieras o el ‘distress’.

A nivel mundial, el fondo de capital que ha tenido más éxito con este tipo de inversión es Elliot Management (EM), al mando de su fundador, Paul Singer.

Este tipo de inversión activa funciona muy bien en épocas de recesión como la que se experimenta en la actualidad. La idea es comprar deuda o participaciones significativas de compañías en problemas, o como pasa con EM, deuda soberana con alta probabilidad de impago de sus obligaciones.

La estrategia de EM es que en los acuerdos de reestructuración, por medio de largas batallas legales, se puedan lograr los términos de negociación más favorables para la porción de las acreencias en las que el fondo invirtió.

Una de las inversiones más notables de EM fueron los 630 millones de dólares en deuda Argentina que estaba en default.

Tras una prolongada batalla legal de la firma con el gobierno argentino, logró que la Corte le reconociera toda la acreencia, que hoy en día tiene un valor de mercado estimado en 2.300 millones de dólares.

Como acto simbólico, consiguió que en un puerto de Ghana embargaran el argentino ARA Libertad (el equivalente al buque Gloria en Colombia), como parte del pleito jurídico contra ese gobierno para pagarle la deuda a EM.

La estrategia de Elliot Management se puede describir, como ellos mismos lo dicen, en que cuando “nadie puede predecir por cuánto tiempo los gobiernos se salen con la suya en cuanto a falso crecimiento, falsos trabajos, falsa estabilidad financiera, falsa inflación y falso crecimiento del ingreso”, las mejores oportunidades de inversión llegan cuando se ha perdido por completo la confianza en el sistema o en otros.

Edgardo Cayón Fallon

*Ph.D. Director del Grupo de Investigación del CESA, GEA.