Finanzas corporativas o cómo poner a la vanguardia a los CFO del mañana
Un lector desprevenido podría pensar que temáticas como Transformación Digital, Innovación y creatividad, o Fundamentos de Marketing, dentro de un plan de estudios, podrían corresponder a un posgrado en emprendimiento o mercadeo. En el mejor de los casos, a un MBA. Lejos imaginaría que hacen parte de la guía académica de una maestría en finanzas corporativas (MFC).
Pero para un lector consciente de cómo está evolucionando el mundo, y muy particularmente del peso que tiene la gestión de las finanzas en el futuro de las empresas más grandes, las llamadas corporaciones, lo entiende como imprescindible y con sentido.
Dos realidades marcan el peso de las finanzas corporativas. La primera, es que detrás de la dirección financiera de este tipo de organizaciones, por su tamaño e impacto, hay todo un ecosistema de negocios con multiplicidad de actores, donde se termina configurando un clúster industrial y de negocios mayúsculo.
Y la segunda, estrechamente ligada con la primera es que, en un mundo globalizado, hiperconectado, y cada vez más cambiante y económicamente volátil, la labor de los llamados CFO o directores financieros supone una nueva serie de capacidades y competencias, adicionales a las tradicionales que durante años se han ejercido en este rol para enfrentar los desafíos en un entorno de esa naturaleza.
La maestría en finanzas corporativas del CESA, por ejemplo, orientada precisamente a formar a quienes apuntan a convertirse en CFO’s corporativos, abarca no solo esos aspectos cruciales, sino que además ostenta el estatus exclusivo de ser la única de su índole en el país.
En efecto, en el ámbito de posgrados en América Latina, tan solo emergen cuatro maestrías en Finanzas Corporativas, de las cuales la del CESA destaca como el faro de excelencia en el territorio colombiano. Aunque en el país existen especializaciones, ninguna tiene perspectiva profunda como las maestrías en general, y muy particularmente con la MFC del CESA, acreditada como de alta calidad.
Un rol que debe alimentarse de multidisciplinariedad; de habilidades transversales
El panorama actual va más allá de la gestión de riesgos financieros, una postura defensiva y tradicional del rol de CFO. Hoy la dinámica de la economía ofrece constantes oportunidades, y la dirección financiera está en la obligación de ponerse en una posición ofensiva, que se traduce en capitalizarlas y propiciar el crecimiento para sus corporaciones.
Esto, por supuesto, los pone en una posición de estrategas para conseguirlo, y los obliga a tener un entendimiento integral de la organización. Implica comprender los alcances de otras áreas de la empresa: de marketing, de sostenibilidad, los alcances de la dirección de operaciones, las posibilidades de la transformación digital en los modelos de negocio.
De hecho, hoy casi nadie tiene dudas que, por el rol moderno que deben ejercer ahora los directores ejecutivos o CEO, el de fungir como presidentes de puertas para afuera de sus corporaciones donde hacen relaciones públicas; que van a los proveedores, que se comunican con los gobiernos, presidentes que van a los clientes, los CFO están siendo cada vez más protagonistas al interior cuantificando las ideas y gestiones de los demás departamentos en la organización.
Más aún, resultados de estudios asociados al equilibrio que hoy debe caracterizar a los directores financieros, como uno reciente de la consultora McKinsey, avalan la idea de que hoy son más propensos a promover la creación de nuevos modelos de negocio, así como a liderar las narrativas sobre la participación de fusiones y adquisiciones. Para eso también se está formando en la MFC del CESA.
Así mismo, la posibilidad de que las empresas desarrollan mejores resultados a partir de tecnologías avanzadas, la automatización, datos en tiempo real y listos para ser usados, obligan a los CFO a tener un entendimiento sobre el quehacer de las áreas encargadas de estos temas. De allí el abordaje de la transformación digital.
Finalmente, y aun con toda la rentabilidad que puedan significar los distintos negocios en una corporación, sus operaciones no son viables si en ella no hay rasgos de sostenibilidad.
Importantes fondos internacionales de inversión, como es el caso de la estadounidense BlackRock, uno de los más influyentes en Wall Street, han anunciado que para 2025 sus inversiones llegarán únicamente a aquellas empresas que superen el 60% de cumplimiento de los parámetros ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). Claramente, ya las empresas no valen por el dinero que hacen en términos de utilidad, sino por su responsabilidad ambiental, social y de gobernanza.
Dirigido por docentes del Centro de Estudios de Gobierno Corporativo del CESA, el mayor referente académico del país —y uno de los mayores en la región— se apuntalan capacidades sobre sostenibilidad y ética empresarial.
En conclusión, desde la perspectiva de las necesidades de un país como Colombia, que necesita crecer y desarrollarse desde su tejido empresarial con grandes empresas, requiere hoy más que nunca formar CFO. Y la enseñanza dura e integral de las FC para ello, con el estudiante en el centro, está en manos del CESA.
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