menu

Gerenciar en los mercados financieros: formarse en la comprensión de un ecosistema

today

23 Oct 2020

Los mercados financieros han experimentado una transformación tecnológica y regulatoria importante en los últimos diez años. Aspectos como los ciberriesgos y la digitalización vienen revolucionando el negocio financiero.

La transición de los medios presenciales a la banca móvil, y concomitantemente a esto, la caracterización de nuevos riesgos, suponen igualmente una nueva dinámica de negocios en esta industria.

Es bajo este contexto en el que las empresas del sector (bancos, compañías de seguros, sociedades de servicios financieros, fondos de inversión, entre otras) están obligadas a cambiar sus paradigmas de producción, hecho que las limita no solo a realizar inversiones en tecnología para modernizar el servicio, sino también a un cambio cultural si desean ser eficientes, competitivas y sobrevivir en el mercado.

Esta ecuación de cambio en el ámbito de los mercados financieros necesita de profesionales con una sólida formación en finanzas y riesgos financieros. Pero además, con una comprensión del entorno en el que se desenvuelven tanto las instituciones financieras como los mercados.

Gerenciar en los mercados financieros es entender un ecosistema

Comprender el entorno implica inevitablemente manejar el nuevo marco regulatorio e institucional en el que operan los mercados financieros y bursátiles, como único camino hacia un sector más eficiente (que brinde los servicios que hoy esperan los consumidores -cada vez más digitales-) y seguro (que blinde a los usuarios).

Eficiencia y seguridad representan positivos efectos para las instituciones: disminución de costos, mayores utilidades y rentabilidad; y para los usuarios, servicios más económicos y que satisfagan sus necesidades.

De allí que temas como los mercados monetarios, de divisas y capitales, así como la regulación que los rige, resultan trascendentales por el impacto que tienen para organizaciones y el consumidor de a pie.

Son muchos los agentes del sistema que intervienen. Está el banco central (Banco de la República), los mercados financieros (bonos, acciones, derivados, mercado cambiario), las entidades financieras (bancos, aseguradoras, fondos pensionales, fiduciarias); los entes reguladores (Superfinanciera), las agencias calificadoras de riesgos, entre otros, que interactúan para crear las condiciones del mercado.

Entender cuál es su funcionamiento, cómo operan y cómo engranan le da una acertada comprensión a los llamados a gerenciar en los mercados financieros, a los tomadores de decisiones.

Una gerencia que entiende el ecosistema es capaz entonces de estructurar un mejor financiamiento, visualizar cuáles son las alternativas viables de inversión, cómo elaborar un crédito o saber medir los riesgos, apenas algunos de los aspectos sobre los cuales se basan las determinaciones que los directores deben tomar a cada minuto.

Regulación da las claves

Dada la magnitud del sistema, que supone grandes alcances e impactos, este requiere un componente de regulación que lo haga consistente y manejable.

De lo que se trata es que las entidades estén lo suficientemente fuertes ante contingencias que se puedan presentar, muchas de ellas sistémicas. Por vía de ejemplo, una caída en el PIB podría crear las condiciones en el que es altamente probable que bajen los niveles de empleo, y con ello la incapacidad del ciudadano común para cubrir sus obligaciones, hecho que impacta indefectiblemente el negocio crediticio, por no hablar de los problemas sociales.

Es así que en el caso de los riesgos crediticios, resultan esenciales las alertas que el supervisor les da a las entidades en aspectos como la evaluación constante de la cartera, la gestión de provisiones, tener una política de colocación y recuperación de créditos, y detrás de todo ello el gobierno corporativo que habilite de forma adecuada este funcionamiento.

Por tanto, gerenciar en los mercados financieros implica conocer el andamiaje regulatorio, base para un sistema financiero saludable: uno con solidez patrimonial, buena administración de activos, liquidez (cuyo exceso también hay que saber gestionar) y milimétrico control de los riesgos.

 

Con información de Eduardo Jara Buitrago

Docente CESA – MA. Ciencias Económicas

Experto en regulación y supervisión bancaria.